No ha tenido demasiada suerte al comienzo, topándose con dos oyentes que no tienen tiempo para bromas. Menos mal que la tercera llamada iba a tomárselo con mejor humor.
Da la casualidad de que la primera es esteticista y Paolo tiene un cuidado extremo con su depilación. Una complicidad inicial que les ha permitido de todo: la láser, sentimientos y las veces que les han roto el corazón.
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