Eso es lo que dice un reciente estudio publicado en Science Alert bajo la prisma de la profesora de psicología en la Universidad de Bradford, Kathryn Francis. Según esta, el alcohol afecta al modo en el que comprendemos y empatizamos con otros, pero no a las decisiones éticas que tomamos.
Esto es, si piensas que la infidelidad está mal y que nunca harías daño a tu pareja engañándola con otra persona, la embriaguez no te servirá de excusa, puesto que para llegar a ser infiel tendrías que haber tomado una decisión que va en contra de tus valores. Y a estos no afecta directamente el consumo de alcohol.
El consumo de alcohol puede hacer que te enfrentes a situaciones que sobrio ni contemplarías, puede hacerte más sociable e incluso más valiente. Sin embargo, tiene consecuencias negativas como las que afectan a tu salud o la resaca del día siguiente.
Además, el alcohol puede hacerte malinterpretar situaciones, ya que su consumo empeora nuestra capacidad de entender a los demás y ponernos en su lugar, de empatizar con ellos. Sin embargo, lejos queda de cambiar nuestra personalidad.
Si no eres una persona violenta, el consumo de alcohol no va a sacar la fiera que llevas dentro, del mismo modo que no serías infiel a tu pareja con unas copas de más si nunca lo harías sobrio.
El estudio está basado en un experimento en el que a varios sujetos se le puso la misma situación sobrio y tras unos tragos de vodka.
Un tranvía desbocado se dirige por algunas vías del tren hacia cinco trabajadores de la construcción que no pueden oírlo acercarse. Estás parado en una pasarela entre el tranvía que se aproxima y los trabajadores. Delante de ti, está parado un extraño muy grande. Si empujas a este extraño a las pistas de abajo, su gran volumen detendrá el carro. Esta persona será asesinada pero los cinco trabajadores de la construcción serán salvados. ¿Lo harías? – Science Alert
Los estragos del alcohol comenzaron a hacerse visibles, y los participantes comenzaron a manifestar sus emociones de manera equívoca. Sin embargo, su respuesta ante el planteamiento formulado por los responsables del estudio fue la misma.
Los que respondieron que arrojarían a esa persona para salvar la vida de los cinco obreros, mantenían su decisión ebrios, del mismo modo que lo hicieron los que no empujarían al esa persona inocente para salvar cambiar el destino de otras cinco.
Puede que no seas una persona infiel y engañes a tu pareja en un momento de debilidad. No le eches la culpa al alcohol, esto habla mucho de la salud de tu relación.
¿Quieres a tu pareja? ¿Confías en ella? Si todo está bien, no habrías sucumbido a cometer esa infidelidad. Puede que os haga falta un poco de comunicación. Antes de echarle la culpa a factores externos, hagamos un análisis introspectivo de la situación.
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