La semana pasada tenía que ir al tanatorio porque había fallecido su tía y no podía dejar a su hijo de 7 años con nadie, por lo que se lo llevó con él.
Hubo un momento en el que lo perdió de vista y se dio cuenta tarde cuando ya estaba mirando el cuerpo de la señora frente a un cristal. Desde entonces el niño no puede dormir y va corriendo a su madre para decirle que no quiere que se muera nunca.
No sabe qué hacer y es por ello que ha pedido ayuda a nuestra especialista, Rocío Ramos-Paul.
¡Pon atención a las pautas dadas!
La persona que fallece, desaparece por siempre. Para un niño es impactante este tipo de hechos, al igual que una imagen de un tanatorio con una persona fallecida allí.
La reacción que ha tenido el pequeño es normal. Se le ha juntado el miedo y la imagen se ha quedado en su retina.
Hay que dar una buena explicación y hacerle entender que los padres no van a desaparecer por ahora. No hay que olvidar tranquilizarles y entender sus preocupaciones.
Con el tiempo se les debería de ir pasando, es decir, desaparecer dicha obsesión.
Sería bueno encontrar un momento del día para hablar de la muerte y lo que ocurre con el tema, para que vayan reflexionando.
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