Una atrevida había aparcado su coche en doble fila y un policía fue a hablar con ella. La cuestión es que su hija pequeña estaba presente y le soltó un guantazo al policía. Obviamente la atrevida se comió la multa.
Por otro lado, una oyente se había sacado el carné recientemente y estaba en su coche con una amigas y le paró la policía por control de alcoholemia. Sin querer, la chica le dio las instrucciones del coche en vez de sus papeles.
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