Todo viene porque creemos tener unos buenos hábitos que realmente no cumplen con la función de hacernos sentir bien, más sanos o limpios, sino todo lo contrario… pueden acarrearnos problemas, así lo han confirmado varias doctoras británicas que nos han revelado las cosas que hacemos diariamente pensando que están bien y, en realidad, nos están perjudicando.
Sigue leyendo porque te vas a quedar con la boca abierta…
Quitarse la cera de los oídos
Hay muchas personas que se obsesionan con limpiar constantemente sus oídos y creen que es una forma de mantenerlos limpios. La cera de los oídos no es indicio de falta de higiene, sino todo lo contrario, la presencia de ésta se debe a que es la manera de proteger nuestros oídos y nuestra audición. El cerumen de las orejas tiene importantes propiedades antimicrobianas. Además,ya no sólo es el hecho de quitarnos toda la cera de nuestros oídos sino que al hacerlo, lo hacemos mal pudiendo provocar daños.
Beber demasiada agua
El agua es necesaria para hidratarnos y además nos ayuda a eliminar toxinas y a mejorar nuestra memoria, pero como siempre os decimos, todo en exceso es malo. Tendemos a confundir el líquido con agua y en realidad, podemos consumir otras muchas bebidas o productos que nos hidraten o incluso fruta que suelen contener casi un 95% de agua. La gente que consume mucha agua puede sufrir insomnio y sudoración extrema… intenta tomar otros alimentos que también te ayuden a hidratarte e incluso que controlen tu apetito.
Cepillarse los dientes justo después de comer
A pesar de que desde pequeños nos meten en la cabeza la importancia de cepillarnos los dientes después de cada comida y mínimo tres veces al día, muchos expertos en la materia no están muy seguros de que esto sea lo mejor sobre todo cuando acabas de comer o beber algo ácido. Lo ideal es darle un tiempo a nuestra boca. Si hacemos esto, estaremos frotando el ácido por nuestros dientes y ésto es lo peor, ya que los hacen más propensos a las caries.
No madrugar los días libres
Esto no nos gusta mucho… ya que los días libres queremos ser lo más productivo posibles pero a nuestra manera y a nuestro ritmo y, por supuesto, no nos gusta madrugar. El simple hecho de no levantarte a la misma hora que de costumbre es malo, ya que es una forma de empezar a cargarte tu reloj biológico. La neuróloga Anish Bahra asegura que si no seguimos las mismas horas todos los días provocaremos efectos negativos en las hormonas del hipotálamo, las cuales pueden provocarnos importantes dolores de cabeza. Lo recomendable es levantarse a la misma hora de siempre y si, acaso, luego echarnos una siesta.
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