Hace dos años encontró en un bar un billete de 500 euros y lo devolvió a la policía para ver su podían encontrar su dueño. Después de todo este tiempo, como nadie lo ha reclamado, le han llamado y se lo han dado a él por no encontrar a la persona a la que le pertenecía.
Mira cómo puede acabar un buen acto de fe…
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