Confiesa, te pones verde de envidia cuando ves en las películas esas camas inmaculadas, de sábanas tersas, suaves y tan blancas que deslumbran.
Y es que pocos placeres reconfortan tanto como meterte en una cama, bien hecha, con sábanas recién lavadas y arrullado por el aroma que el suavizante ha dejado en el tejido…
¿Quieres que te alegremos la vida? Es muy muy sencillo que esa sensación se repita cada vez que laves la ropa de cama. Es más, podemos hacer que perdure, un par de días más de lo habitual.
Como en todo, vale más la maña que la fuerza y hay una serie de trucos que hemos recopilado para ti.
Así debes lavar tus sábanas ¡Anota concienzudamente y ya nos contarás el resultado!
1º Norma básica y que no debes saltarte por nada del mundo: lava las sábanas nuevas antes de usarlas, para eliminar los residuos químicos que quedan en la ropa tras el proceso de fabricación. Al lavar las sábanas por primera vez puedes usar un programa en frío.
2º Lávalas una vez por semana… si te haces el remolón puedes hacerlo cada 15 días, pero ya apuras demasiado; no estamos hablando solamente de confort, sino de salud: las sábanas acumulan ácaros y bacterias que si no son eliminadas regularmente provocan irritaciones en la piel. Es más, perjudican hasta el descanso.
3º Lávalas, al menos, a una temperatura de 40º centígrados. Si puedes a 60º mejor. Eliminarás completamente ácaros y bacterias. Es verdad que con agua caliente hay prendas pueden encoger y además es mayor gasto energético. Si tus sábanas son de algodón, mejor que las laves con agua fría pero ten en cuenta que los gérmenes no se eliminarán igual.
4º Consulta la etiqueta para elegir el ciclo de lavado adecuado. Según la composición del tejido, tendrás que elegir un programa de lavado más o menos intenso: no es lo mismo lavar sábanas de seda que de franela o algodón; o lavar sábanas blancas, que de colores oscuros.
5º Intenta no lavar sábanas con ropa, ya que necesitan espacio suficiente para moverse durante el lavado, limpiarse mejor y arrugarse menos.
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