Ayuno intermitente o lo que es lo mismo, 16 horas sin echar nada al estómago ¿serías capaz de resistirlo?
Pues Elsa Pataky y su marido, el musculado «Thor» sí.. De hecho, aseguran que es el secreto de sus apolíneos cuerpazos.
Tras la confesión televisiva de la actriz afincada en las antípodas de la piel de toro, las redes sociales estallaron. Los llamados «ciber tertulianos» con conocimientos humanistas – no hay disciplina que se les resista- debatieron sobre las bondades y perjuicios de una dieta que no cualquier ser humano tendría la voluntad de seguir.
En www.cadenadial.com, asumiendo nuestro paganismo en el tema, hemos acudido a dos nutricionistas para que nos dieran respuestas a esta pregunta que nos hacemos: ¿Es buena o mala la dieta del ayuno intermitente?
A pesar de las opiniones individualizadas de cada experto, se han realizado estudios en los que se experimenta con voluntarios que ayunan 14 horas durante un mes. Además de la pérdida de masa muscular, hay otros factores que impulsan beneficios en el organismo. En los resultados se pudo observar un aumento de varios productos de genes supresores de tumores. Incluso personas con asma moderado vivieron una disminución de los marcadores de inflamación.
Y sí, se puede desayunar durante el ayuno intermitente. Tomar una infusión ya sean con o sin teína, o el café, son una opción excelente para consumir en las horas de ayuno. No lo interrumpen y te permitirán llegar con mejor ánimo a la hora de ingerir el primer alimento de la jornada.
Argumentos a favor del Ayuno Intermitente
El primero, pro dieta intermitente defiende su argumento con estos 4 puntos:
1º La dieta consiste en concentrar las comidas durante 8 horas al día. El resto del tiempo, duermes y ayunas. Agua e infusiones sirven para engañar a tu estómago. Hay varias alternativas: la dieta 16:8, o lo que es lo mismo, no comer durante 16 horas y hacer 2 o 3 comidas en las 8 horas restantes; o la 5:2, que consiste en limitar las calorías que comemos durante 2 días alternos a lo largo de la semana. Si has perdido completamente la cabeza puedes hacer la conocida “dieta del guerrero”, que consiste en no comer durante 20 horas.
2º Lo normal es un ayuno habitual de 8 0 10 horas… es lo que hacemos mientras dormimos. Por eso al levantarnos des-ayunamos, rompemos el ayuno nocturno
3º Los defensores de esta dieta apuntan a que esta dieta nos ayuda desde el punto de vista metabólico a perder peso. Comemos y seis horas después nuestro cuerpo empieza a acumular energía... como no ingerimos nada el organismo empieza a tirar de reservas, utiliza la grasa acumulada en el hígado y tras más de 12 horas sin comer es mucho más fácil quemar grasa porque los niveles de insulina están por los suelos.
4º Lo que ocurre tras el largo periodo de ayuno es que nuestro cuerpo transforma lo que ingerimos en glucógeno y no en grasa.
El segundo rechaza taxativamente esta dieta y nos da sus porqués:
1º Una dieta debe estar siempre supervisada por un experto. La mejor dieta es la que te permite comer de todo de forma equilibrada. Cualquier dieta debe ser controlada de forma periódica con analíticas y chequeos médicos.
2º Esta dieta de ayuno intermitente está contraindicada en personas que tengan o hayan tenido un trastorno de la conducta alimentaria, o un índice de masa corporal menor de 18,5. También tendrían que abstenerse de practicarla las mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o que estén buscando un embarazo. Hay estudios que tampoco las recomiendan en personas que tienen tendencia a las migrañas o la ansiedad, que padezcan diabetes o tengan el ácido úrico elevado.
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3º Una de las consecuencias negativas de este tipo de ayuno si no se sigue de forma adecuada es el llamado efecto rebote: se recuperen los kilos perdidos o, incluso, más.
4º Los ayunos prolongados suelen ocasionar pérdida de masa muscular, con lo cual la tasa metabólica basal del individuo disminuirá y hará que queme menos calorías en reposo
5º Además, puede causar hipoglucemias, es decir, bajadas de los niveles de glucosa en la sangre, también provocar cambios de humor y aumento de la irritabilidad.
