Haz el favor de romper la hucha y de privarte del café y del pincho de las doce, si hace falta. Él no se merece unos simples calcetines. Ni el pijama que le regalas año sí, año también. La ocasión te obliga a estrujarte la cabeza. Alguien especial debe ser premiado con algo igual de auténtico. Y para asegurarnos de que no metes la pata, te ofrecemos diez ideas originales para arrancarle esa sonrisa que tanto se ha ganado.
No solo dejará su calzado tan reluciente como el primer día. Evitará agacharse. Recuerda que fue en uno de esos movimientos cuando sufrió aquel lumbago que le tuvo una semana en la cama.
Con sus tijeras, su peine, su aceite y su acera para el bigote. Con estos objetos, lucirá perfecto en cada selfi viajero.
Se convertirá en su juguete preferido. Dispondrá del instrumental necesario para desarrollar su pasatiempo de cabecera. Piénsalo: él fabrica la bebida y tú te hinchas la barriga. Los dos saldréis ganando.
Adquiere una marca de altura. ¡Ráscate el bolsillo! Después, incorpora una etiqueta con una frase original y una foto de los dos. Le parecerá tan entrañable que, por una vez, no abrirá la botella. La guardará de por vida.
De esos que a la vez son imanes para la nevera. Servirá para sujetar la foto de tu primer cumpleaños o aquella otra que te horroriza de tu adolescencia. Efectivamente, esa en la que las hombreras te parecían lo más.
Bueno, mejor pillas dos y te vas con él. Verlo disfrutar como un niño te hará saber que ha merecido la pena ese regate a tu cuenta corriente.
Que tiemblen los Roca y Martín Berasategui. Tu padre va a aprender a esferificar gracias a tu regalo. ¡De aquí a Masterchef!
Una caja con palillos cerámicos, un cuchillo japonés, una esterilla… y media docena de alimentos con nombres impronunciables. Ayúdale en la preparación. Pasaréis un buen rato y cenaréis mejor que cuando cocinas tú.
Seguro que nunca le han sorprendido con algo así. Él se merece ver el mundo desde el lado más divertido.
Tu padre es todo un aventurero y se escapa siempre que puede. Es tan coqueto como tú y no escatima a la hora de llenar la maleta. Con tu regalo nunca se pasará de kilos.
Así que, ya sabes. Si puedes, ¡cómpraselo todo! Él se merece la luna. Si no, elige entre una de estas diez opciones. Eso sí, remátalo con tu abrazo más amoroso. Al final, un regalo es tan solo eso, una simple cosa. Haz que signifique algo más con tu cariño. No te olvides de acompañarlo con un «te quiero, papá».
También te va a interesar:
¡Queremos ser papás! Lo que avanza la ciencia hoy en día