Tú te crees que vas a ser eternamente joven, que lo de las arrugas es cosa de tu abuela, y que te saldrán aproximadamente a los 70. Así que, mientras tanto, puedes disfrutar tranquilamente de tu juventud, maltratando tu piel del modo que más te apetezca, ¿verdad?
Pues no, querida amiga, no es así. Tu abuela también fue joven y tuvo la tez tersa. Seguramente, se cuidó la dermis mucho más que tú y era más consciente de lo que iba a ocurrir.
Tu vida te está provocando patas de gallo
No, no somos unos alarmistas. Es que algunos de tus hábitos diarios y, sobre todo, nocturnos, están ocasionando que tus arrugas aparezcan antes de lo debido. Vamos a empezar a contártelos. Luego ya si quieres, los asumes o sigues negando que eso vaya contigo.
Fumar va de la mano de tener arrugas
Es posible que fumes a diario, una costumbre que por las noches resulta imprescindible, sobre todo si sales a cenar y a tomarte unas copas. Puede parecer interesante o incluso obligatorio para socializar. Eso sí, el tabaco está envejeciendo tu aspecto a un ritmo frenético, de modo que dejarlo cuanto antes te hará notar cómo, de repente, tu piel está más sana y brillante.
Yo es que no me desmaquillo, me da pereza
Lo sabes, dices esta frase a diario. Y así tienes las sábanas que parecen las de un grafitero. ¿Te dejas vencer por la pereza y te acuestas maquillada, levantándote como un mapache? Entonces, no tienes ni idea de todo lo que te puede provocar no hacer este pequeño movimiento cada noche.
Y es que, aparte de `propiciar pliegues en tu rostro, genera impurezas que, posteriormente, evolucionan a puntos negros y espinillas. ¿No crees que es mucho más fácil pasarte una toallita por el semblante, o lavártelo con agua y jabón? Tus sábanas y la juventud de tu cutis asienten.
El alcohol, un gran enemigo de tu piel
No vamos a ser exagerados y decirte que no bebas ni una gota de alcohol, ya que una cerveza de vez en cuando no te va a hacer ningún daño. ¡Incluso te puedes tomar una copa! Pero lo que puede ser contraproducente es hartarte a cubatas cada viernes y cada sábado.
Al mirarte al espejo al despertarte, verás que no solo tienes un tono ceniza poco favorecedor, sino que las líneas de expresión son auténticos surcos. ¡Y no es lo que queremos! Por otra parte, aumenta la ingesta de agua diaria. La hidratación se aprecia en la piel, sobre todo en la de tu tez.
Dormir con la cara pegada a las sábanas
Y esta es la circunstancia definitiva, la que realmente puede estar creando unas arrugas de las que difícilmente te librarás. Se trata de la forma en la que duermes. ¿Te acuestas siempre boca abajo o mirando hacia un lado, con la jeta chafada contra tu almohada? Entonces te levantarás totalmente marcada, con las mejillas llena de repliegues de los que te ríes, ya que son debido a la torsión nocturna.
Pero esto va más allá. Conforme pasen los años, tu dermis estará más débil e irá dejando que esas incipientes rugosidades se traduzcan en auténticas arrugas en tu cara. Pero esto también tiene solución, así que cambia tu forma de dormir, intentando hacerlo boca arriba. De esta manera, tu cutis no se rozará contra ningún elemento y no tendrás que sufrir estas consecuencias.
Tener buen aspecto es más fácil de lo que pensamos, así que sigue estos hábitos y revisa la forma en la que descansas. ¡No te limites a caer sobre la cama!
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