Una empresa no puede pagar a sus clientes porque el fundador se ha llevado las claves a la tumba. Se trata de una compañía de intercambio de criptomonedas y debe un total de 190 millones de dólares a sus clientes.
Ni siquiera la viuda sabe las contraseñas para poder devolver el dinero a sus clientes. Se ha estado hablando con hackers para ver si consiguen las contraseñas.