Somos lo que comemos… y nuestro exterior está fuertemente condicionado por la salud de nuestro organismo. Por eso, es fundamental para sentirnos bien que cuidemos nuestra alimentación. De ello depende nuestra salud a corto y a largo plazo. Y, aunque te cueste creerlo, también nuestro estado de ánimo.
Asi que vamos a darte algunos consejos prácticos y muy sencillos para seguir una dieta equilibrada, variada y beneficiosa para la salud
Primera premisa: para que nuestra dieta forme parte de un estilo de vida saludable tiene que ser rica en alimentos de origen vegetal y fibra y baja en grasa de origen animal, en dulces y productos excesivamente calóricos. Vamos, que eso ya lo sabéis, pero queremos darte algunas claves más que os resultarán muy útiles para comenzar a reeducar a nuestro estómago
¡Toma nota!
Si debemos consumir:
2 raciones de verdura diaria, una en la comida y otra en la cena
2 o 3 piezas o raciones de fruta al día
2 a 3 raciones de alimentos proteicos al día (carne, pescado y huevos, de preferencia poco grasos), cereales o féculas ricos en fibra, tales como la pasta, el arroz o el pan integral o las legumbres.
No debemos consumir o procurar evitar:
Azúcar, dulces, bebidas azucaradas, bollería y pastelería industrial y alimentos precocinados.
Muy importante:
Fuera los atracones!!!
Debemos repartir la ingesta alimentaria a lo largo del día. Hacer de 5-6 comidas diarias: desayuno, media mañana, comida, merienda, cena. ¿Qué conseguimos con ello? Favorecer el autocontrol de los alimentos, la ansiedad y repartir el consumo de calorías a lo largo del día.
No saltarnos ninguna comida!!!
No hacer una toma nos despertará un apetito voraz… y esto provocará que acabemos picando y comiendo algún alimento no muy adecuado. Imagínate como llegarás además a la siguiente comida ¡hambriento!.
Recomendaciones saludables: desayunos y cenas
En el desayuno: recomendable consumir algún lácteo (leche, yogur o queso), algún alimento con fécula (pan, tostadas o cereales) acompañado -o no- por algún alimento proteico, y una fruta.
Esto lo podemos hacer en dos partes si es que eres de los que suele levantarse sin demasiado apetito. Desayunar, por ejemplo, café con leche ( a poder ser desnatada o semidesnatada) y un mini bocadillo. Y ya a media mañana tomar una macedonia de fruta.
En la cena: debe ser equilibrada y ligera. Por eso debería contener verduras crudas o cocinadas, alimentos proteicos magros (carne, pescado o huevos) y una cantidad moderada de alimentos feculentos (pan, pasta, cereales y legumbres).
Un buen ejemplo es prepararnos un puré de calabacín o calabaza con pescado a la plancha y acabar con una fruta.
Lee también:
Alimentos sanos a los que puedes recurrir cuando te apetezca algo dulce
© Sociedad Española de Radio Difusión, S.L.U.
© Sociedad Española de Radiodifusión realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.