¿Qué tienen en común la música, el embutido, los domingos por la mañana y un paseo por el campo? Pues que forman parte de esa exclusiva lista de las mejores cosas de la vida. En ella, por supuesto, no deben faltar las vacaciones, un concepto que, por otra parte, es capaz de integrar todas las propuestas anteriores. Eso sí, no se trata solo de escaquearte de las obligaciones laborales consiguiendo sortear algún marrón.
Los días de asueto suponen, más allá de librarte de responsabilidades, una necesidad. Y es que, se antoja primordial echar el freno a ese acelerado ritmo en el que vives. Resulta imposible seguir ese alocado compás durante todo el año. Por eso, anualmente debemos tomarnos ese respiro. Hasta ahí, de acuerdo. Ahora bien, ¿cuántos días son imprescindibles para desconectar de verdad?
Mejor calidad que cantidad
Existe una respuesta universal para interrogantes como ¿el agua moja? ¿Maúllan los gatos? ¿Las patatas fritas con mayonesa engordan? Pero, en este caso, no hay una solución fidedigna. Una semana, quince días, un mes… La cifra depende de la capacidad de cada persona para dejar al margen todo eso que nos da insomnio en nuestra vida cotidiana.
Prepara tu mente tanto como tu piel en verano
Si posees el superpoder de borrar todo eso que te produce desasosiego en el trabajo en el primer día de vacaciones, ¡lo tienes hecho! En este caso, con una semana vas que chutas. Ahora bien, si ya cuando estás metiendo la toalla de la playa en la maleta echas humo al recordar la mala uva que gasta tu jefe, prepárate para sufrir. Puede que no tengas suficiente ni con una vuelta al mundo que se prolongue hasta noviembre.
La clave, como para casi todo en la vida, está en la mente. Quizá debas trabajar esa obsesión por controlar de manera meticulosa cada uno de tus quehaceres. No se va a acabar el mundo por no estar en casa para regar las plantas. Para eso tienes a tu madre, quien, además, bebe los vientos por tus rosales.
Todo va a seguir estando en orden a tu vuelta, así que, tan solo disfruta; toma el sol, cómete todos los helados que se te antojen y vete a todos los festivales de música que puedas. Exprime al máximo tus días de descanso, sean los que sean.
Unos últimos consejos
Prestando atención a algunas de las cosas que haces mal durante tus vacaciones, te sobrarán días. Seguramente, uno de esos hábitos es llevar el móvil encima hasta para ir al baño. Si te desprendes de esa manía, centrarás tu atención en otros pasatiempos que te permitirán dejar la mente en blanco. Y no hay nada más reparador que eso.
Los libros son tus mejores amigos
Por tanto, primera lección: deja el móvil en lo más profundo de tu bolso. Para desenchufarte de las preocupaciones contemplando el mar es mejor zambullirte en las historias que nos cuentan los libros. Otro truco para desconectar es dejar de hacer las mismas cosas que haces en un día normal. Apuesta mejor por esas otras que nunca llevas a cabo. Por ejemplo, montar en bicicleta, aprender a cocinar o merendar en el campo. Con pequeños gestos puedes lograr grandes avances.
En definitiva, antes de amargarte pensando en que te queda solo una semana de vacaciones, céntrate en sacar el máximo partido a esos siete días. Esas jornadas son suficientes para desconectar si lo haces son cabeza. ¡Felices vacaciones!
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