David Otero y el miedo a dejar volar a quién más quieres

Nuria Serena

David Otero se ha inspirado en una de sus más recientes canciones para titular su nuevo reto, el libro Precipicio al mar. Un tema dedicado a su hija Luna e, incluido, en 1980, su último álbum.

El volumen es quizá el proyecto más personal y ambicioso del autor de Baile, ya que cuenta en primera persona cómo se ha enfrentado al reto de ser padre: «Es una autobiografía enfocada en mi forma de ver la paternidad y todo lo que me ha aportado en mi vida».

Editado por Aguilar, Precipicio al mar aúna relatos alrededor de la paternidad: «No me olvido del título y del motivo por el que escribo este libro, Precipicio al mar, y es que es un canto y un llamamiento a la libertad de mis hijos».


La inspiración para la canción nació en la orilla del mar, en Marruecos. Tres gaviotas fueron el germen para esta historia, la de unos padres enseñando a una adolescente a volar libre… por un precipicio.

Precipicio al Mar

He tenido que alejarme
Entender lo que te quiero
No era fácil
He sentido como el tiempo
Nunca era suficiente
Y nada es gratis
Siempre me costó decirte que debías volar libre
Siempre me costó besarte
Justo antes de marcharte
Será tu precipicio al mar el salto hacia el vacío
Tus huellas no sé dónde van
Se irán volando sobre el mar
Y el caso es que te has ido
No sé si ya no estás
He tenido que callarme
Ignorarte los detalles
No era fácil
He podido equivocarme
Como un niño tropezarse
Así yo entiendo el amor
Como mirarte vivir
Siempre me costó decirte que debías volar libre
Siempre me costó besarte
Justo antes de marcharte
Y será mi precipicio al mar el salto hacia el vacío
Tus huellas no sé dónde van
Se irán volando sobre el mar
Y el caso es que te has ido
No sé si ya no estás
O soy yo el que se ha ido
Aguanta un poco más
Aguanta un poco más
No hay color ni manchas del ayer
No vas a hacer de nuevo lo que quiera yo
Te vi marchar sin dar explicación
Y te busqué en Buenos Aires
En mis momentos más inestables
Será tu precipicio al mar el salto hacia el vacío
Tus huellas no sé dónde van
Se irán volando sobre el mar
Y el caso es que te has ido
Tu vida no sé dónde va
Se irá volando sobre el mar
Y el caso es que te has ido
No sé si ya no estás

La letra de la canción ha crecido hasta convertirse en libro. Las gaviotas son David, su mujer, Maro, y Luna, su hija. Y a partir de ahí una cascada de recuerdos, de reflexiones, de vivencias sobre la aventura de ser padre, ahora también de Gael.

Sus vivencias en los partos, los primeros pasos con sus hijos, la historia de amor con su mujer, la herencia recibida de los padres, los pequeños placeres compartidos con sus hijos… Un vuelo al pasado, al niño que fue, y al presente, al padre que quiere ser. Y, de fondo, Luna, su hija, que no deja de batir sus alas hacia la conquista de la libertad.

«Y vi más allá de una niña que pide un sándwich en una cafetería. Vi cómo se paraba el tiempo, y me topé con una persona que empieza a volar sola, fuera de su nido. Que sigue cerca, pero comienza a andar sin nadie al lado. Por supuesto cuando esto sucede, ya te das cuenta de que la cosa avanza y no hay vuelta atrás. Es una carretera por la que no volverás a pasar hasta que acompañes al siguiente pasajero confiesa.

 

 

El libro estará a la venta en primavera… En unos meses seremos testigos de cómo David desnuda su alma para todos nosotros.

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