Tenemos que decir que no existen muchos estudios sobre este hecho, probablemente no se haya ofrecido mucha gente como objeto de investigación, ¡teniendo en cuenta que a ninguno nos gusta esta desagradable sensación! Según doctor Hayley Goldbach, médico residente en Dermatología en la Universidad de California en Los Ángeles, «es cuestión de anatomía».
En la yema de los dedos e encuentran las terminaciones nerviosas y un gran número de receptores del dolor, más que en casi ninguna otra partes del cuerpo. Aunque Goldbach asegura que «probablemente también dolería mucho si un papel cortara el rostro o los genitales, si es que puedes imaginar eso».
Las manos son un medio por el que interactuamos con nuestro alrededor: «Con las yemas de los dedos exploramos el mundo y hacemos pequeñas tareas delicadas», apunta el doctor y «por lo tanto, tiene sentido que tengamos una gran cantidad de terminaciones nerviosas ahí. Es una especie de mecanismo de seguridad».
El papel puede parecer inofensivo, pero si nos acercamos con una lupa, se puede observar un borde más parecido al de una sierra que al de una cuchilla. El tajo con una hoja rasga la piel y no es un corte limpio, como el de un cuchillo o una hoja de afeitar.
Las heridas pueden parecer poco profundas, pero atraviesan la capa superior de la piel, de lo contrarío no dolerían. Tampoco ofrecen una protección natural, por lo que es bueno cubrirlas con una venda o utilizar una crema antibiótica sobre ellas.
Aunque nada está demostrado, este médico de dermatología está de acuerdo con que ¡esta versión es muy razonable!
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