O te lías la manta a la cabeza y que salga el sol por Antequera o te quedas en tu casa sin salir hasta que tu pelo recupere su tono natural. Para evitar semejantes actitudes nada mejor que:
– Cambia de peinado. Si las raíces están empezando a hacer su aparición, cambia la raya del peinado e intenta disimularlas todo lo posible. Con un poco de maña lo lograrás fácilmente. Si ves que no se te da demasiado bien, apuesta por una trenza. No se sabe por qué, pero el efecto visual es más agradable y podrás seguir estirando el presupuesto durante algunas semanas.
– No te planches el pelo. El efecto es inmediato, pero si te pasas conseguirás que las raíces salgan antes de tiempo. Usa las planchas solo cuando sea necesario.
– Usa espumas o adminículos que te ricen el pelo. El pelo ondulado o rizado gana en volumen y en belleza. Es decir, captarás la atención del resto de personas por el cambio de imagen y no por las temidas raíces.
– Lávate el pelo más a menudo. Cuanto menos lo laves, más oscuras serán tus raíces. Intenta lavarlo de forma correcta, con un champú específico y con una mascarilla hidratante para cuidar lo máximo posible tu cabello. Gástate un poco más en estos productos para alargar el efecto de tu estilismo.
– Usa productos para disimular las raíces. Hay unos espráis de gran efectividad que te pueden servir para devolverte, de forma temporal, la belleza perdida.
– Añade complementos a tu peinado. Bandas, cintas, horquillas, turbantes y todo lo que necesites para que el personal se fije en lo que te pongas y no en el color de tu pelo. Todo sea por mantener el tipo.
Se han dado casos de usar sombra de maquillaje en el pelo para que no se vean las raíces. Al comenzar a sudar, el resultado fue tan lamentable que se confirmó la famosa frase de que es peor el remedio que la enfermedad. Lo que queremos decirte es que hay soluciones temporales que pueden ayudarte a lograr tu objetivo, pero que tampoco pasa nada por tener raíces.
A no ser que seas Kim Kardashian y no te hayas enterado, quizá no vivas de tu imagen. Si no tienes dinero para irte a la peluquería siempre puedes intentar comprarte un tinte para ponértelo en casa. Y si tampoco te llega el dinero, pues vive la vida.
No le haces daño a nadie por tener un color de pelo natural. Al que no le guste que no mire. Es decir, tómatelo con calma, no hagas de esta circunstancia un problema sobre el que gire tu existencia. Aplica las soluciones arriba indicadas y seguro que podrás seguir adelante con tu vida sin drama alguno. Además, piensa que lo que te ocurre es un problema tan común como recurrente, por lo que, si no puedes arreglarlo tan rápido como quisieras, ¡alégrate de tus raíces!
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