Se trata de la entrada en la atmósfera terrestre de un fragmento del cometa Encke a más de cien mil kilómetros por hora. Ha volado un poquito más bajo de lo habitual, siendo la razón por la que las personas han podido verlo sobrevolar España. Aunque hay que estar tranquilos, ya que ninguno de este tipo de cometas llegaría a la tierra, antes se desintegran.