Los ojos son el espejo del alma, eso está claro. Pero esa ventana a lo más profundo de nuestro ser se abre gracias a otras protagonistas capaces de enamorar. Has acertado: ¡las pestañas! Esas interminables alas de mariposa que adornan tu mirada de eucalipto hablan más de ti que tu perfil de Facebook. Y no solo de cómo te encuentras hoy, sino de tu personalidad y hasta de cómo descansas.
Maquillarlas hasta la extenuación para que parezcan de película u optar por unas postizas para parecerte a la chica del anuncio son tretas que no conseguirán disfrazar tus sentimientos. Esos pelillos aparentemente insignificantes que cubren el párpado son capaces de radiografiarte mejor que aquel diario que escribiste a los trece años. Tus pestañas, igual que los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad. ¿Y cuál es su veredicto?
Cuando no habías cumplido diez años y se te posaba una pestaña en la mejilla, dabas palmas. No te traía un billete como el Ratoncito Pérez, pero podías pedir un deseo: un cargamento de chucherías suficiente para todo el verano. Hoy es diferente. Cuando compruebas que tu mirada se despoja de esas preciosas curvas, pones el grito en el cielo. Y no te falta razón.
Entre muchas otras cosas, las pestañas nos desvelan de que lado duermes de la cama, según la forma de las pestaña, nos desvelará si duermes más del lado izquierdo o del lado derecho, ya que están más curvas y ligeramente aplastadas. De esto, los maquilladores son grandes observadores.
Esos desprendimientos, si se prodigan con frecuencia, te indican falta de horas de descanso. No logras conciliar el sueño como deseas y, como consecuencia, el estrés domina tu vida. Pero no es el único mal que puede percibirse a través de tus pestañas. Estos desplomes pueden deberse también a la falta de nutrientes. ¿Estás a dieta? Pues los pelos que rodean tus ojos han encendido la alarma: ¡no es la adecuada para ti!
Este efecto también encontraría explicación en una alergia a los cosméticos o bien, en la blefaritis, es decir, la inflamación crónica de los párpados. Tus pestañas, por tanto, son el altavoz de otras situaciones que está viviendo tu cuerpo. ¡Presta atención a sus signos! No intentes solamente acicalarlas. De nada sirve la belleza si hay algo que no cuadra, ¿no lo ves?
De todas formas, no te desesperes. La caída de una pestaña también puede deberse al uso desmedido del rizador o al frotamiento continuo de los ojos. Si te sientes identificado con estas rutinas, tan solo tienes que dejarlas en la cuneta. Y, muy importante, recuerda que la vida de una pestaña es de unos cinco meses, por lo que es totalmente normal encontrar alguna deslizándose por tus mofletes de vez en cuando.
Más allá de descubrir tus emociones actuales, las pestañas guardan otros secretos sobre ti: los referentes a tu personalidad. ¿Las tuyas son cortas? Eso quiere decir que eres una persona racional y con los pies en el suelo. Si son largas, es que la originalidad se apodera de ti. Pero aún serás más creativo si intercalas unas dimensiones con otras.
Por otro lado, si tu ojo no está muy poblado, puede que te presentes ante los demás como un ser tímido. Al contrario, significa que amas los animales y la naturaleza, además de ser un individuo compasivo. ¡Enhorabuena! Por último, las pestañas que caracterizan a una persona inteligente son aquellas que se aprecian más al final del ojo que en el lacrimal. ¿Cuál es tu caso?
Ahora que has descubierto todo lo que las pestañas dicen de nosotros, ¿te atreves a mirar fijamente a tu vecino para descubrir qué tal duerme?
También te va a interesar:
© Sociedad Española de Radio Difusión, S.L.U.
© Sociedad Española de Radiodifusión realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.