En muchos casos es la pantalla la principal protagonista de este derroche. Los nuevos dispositivos en su mayoría llevan incorporadas pantallas que ahorran en el consumo de batería, pero cuando no es el caso, podemos tener una serie de consejos en cuenta.
– ¡Di adiós a los salvapantallas! Sí, es mucho más bonito un fondo de pantalla en movimiento, pero también es un consumo innecesario de energía. La solución: seguro que tienes una foto que te alegrará verla cada día.
– Reduce el tiempo de bloqueo. Cuando dejamos de usar el móvil, lo normal es que lo bloqueemos. No obstante, muchas veces estamos ocupados en otra tarea y este se queda encendido durante largos minutos. La solución: reducir el tiempo que tarda el móvil en bloquearse automáticamente.
– ¡Cuidado con el brillo automático! Es mejor opción elevar el brillo manualmente cuando lo consideremos necesario.
No quiere decir que tengas que desactivar todas las notificaciones de tu teléfono, pero tener todas las aplicaciones con esta función activada puede jugarte una mala pasada. ¿Realmente necesitas una notificación por cada ‘me gusta’ de Instagram?
– Wifi siempre mejor que datos móviles. Cuando se esté conectado al Wifi es recomendable desactivar los datos, ya que estos consumen energía en segundo plano. Y cuando no se está conectado a una red Wifi es recomendable desactivarlo o mantenerlo en suspense, pues el teléfono trabaja detectando redes a las que poder conectarse.
– ¡Desactiva la vibración! Esta también consume bastante energía y, teniendo en cuenta que con cada mensaje el móvil vibra, es mejor tenerla desactivada.
– Por supuesto, siempre que se pueda, es recomendable tener activado el «modo bajo consumo» del teléfono. Aunque el iPhone te lo ofrece cuando tu móvil llega al 20% de batería, esta opción se puede activar desde las opciones siempre que se quiera. Por ejemplo, si tienes un 60% de batería y tienes que hacer un gran uso del teléfono durante un tiempo, activas la opción ¡y listo!
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