Nuestra Juana de Arco del siglo XXI odia la superficialidad, ese mal que invita a las chicas a pasar por una sesión de chapa y pintura. ¿Para qué? ¿Para estar maravillosas? Ella ya lo es. No solo posee una voz prodigiosa, sino una filosofía que aboga por la libertad y que la acompaña en sus manifestaciones. Repasamos algunas. Te avisamos: resulta tan adorable que no solo comprarás sus discos: también querrás adoptarla.
Igual que Pippi Calzaslargas presumía de pecas («no padezco de ellas: me encantan», espetaba), Amaia está conforme con su altura. Al personaje del cuento no le hacía falta ninguna crema para borrar sus graciosos puntos de los mofletes y nuestra navarrica preferida tampoco necesita subirse a unas plataformas. «No tienen sentido. ¿Cuál es la razón por la que hay que llevar tacones? Yo estoy contenta con mi estatura«, revelaba a Roi, uno de sus compañeros.
De hecho, la vimos descalza en una de las ocasiones en las que bordó el carismático tema ‘City of stars’ junto a Alfred, su pareja. Sí, su naturalidad ha permitido que el público fuera un cómplice más en su historia de amor con su compañero en Eurovisión. Fue en una de estas actuaciones en las que nuestra nueva ídola pidió permiso en directo para ir al servicio. ¡A ver quién es el guapo que canta con la vejiga pidiendo su turno!
Y si sus pies estuvieron desprovistos de adornos bajo el piano, su fondo de armario tampoco se ha nutrido de prendas con etiquetas aptas para bolsillos rebosantes. Mientras que el resto de participantes ha experimentado un lavado de cara tras el concurso, nuestra protagonista sigue fiel a su atuendo anterior. La falda vaquera con la que se presentó a las pruebas y ese vestido de terciopelo marrón que hemos visto en más de una entrevista han llegado a ser tan reconocibles como el bombín de Sabina, la chupa de Loquillo o la falda de Miguel Bosé.
No contenta con eso, aprovechó una firma de autógrafos para pintarse pelos en las axilas sobre una foto suya en una revista. La publicación había borrado ese cerco oscuro y ella decidió ponerle humor al asunto. Si muchos chicos no se depilan, ¿por qué nosotras sí? La misma pregunta irrumpió en su cabeza cuando comprobó que en el camerino de ellos había consola y en el suyo, un simple espejo. Igualdad para todos es la reivindicación más recurrente en la ganadora de ‘OT’.
Amaia, una joven artista que no ha cumplido los 20, nos ha enamorado con sus inocentes despistes, sus coletillas y sus oraciones inacabadas. Pero también, con cada una de sus luchas, abrazando el feminismo y dando paso a la naturalidad y la sencillez. ¡Larga vida a Amaia!
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