La señora de hoy ha tenido que poner de su parte para averiguar si su teléfono había sufrido algún daño o simplemente se trataba de una falsa alarma. Entre golpes en el dispositivo, silbidos, gritos y toques en la puerta de la casa de la atrevida, se han dado cuenta que todo estaba en perfecto estado.
¡Escucha aquí la bromita!