¿Más rápido es mejor? Hablamos así de ritmos. La propuesta es hacer las cosas despacio y sin prisas, trasladando esto a la vida en familia de cada uno.
¿Qué podemos apuntar? Por ejemplo, los niños agenda, que tocará a cada padre. Hay que tener en cuenta que hay que jugar con los peques. Pero no hay que olvidar el tiempo libre, ya que un niño debe aburrirse. Cuando esto ocurre, se vuelven creativos y buscan diversas soluciones a los problemas de aburrimiento y frustración.
Un hijo no tiene que seguir el ritmo de los padres, al contrario, son los padres quienes tienen que desacelerar el ritmo de un peque.
Al final lo que se consigue es hacerles ver que hay tiempo de hacer las cosas que uno quiere y no pasa nada por no llegar a tiempo a todo.
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