Llevas algún tiempo notando que algo ha dejado de funcionar. Los útiles silencios se han convertido en lo habitual. No dejáis de discutir e incluso te has planteado proponer una relación abierta para ver si se puede salvar, como mínimo, la buena relación personal. Para confirmar tus peores temores, nada mejor que analizar una serie de señales infalibles de que se os rompió el amor de tanto usarlo.
Ha dejado de llamarte y cuando lo haces tú, apenas habla contigo dos minutos y alega estar cansado o tener mucho trabajo. Si le cuentas un problema no se implica para buscar una solución al mismo. No tiene tantos detalles como antaño y tampoco te muestra su cariño.
Si sale con sus amigos no te invita, ha dejado de hablar de proyectos futuros y se comporta como un estúpido. Antes de que te coman los celos y pienses que tiene a otra en su vida, recapacita. No siempre es así. En muchas ocasiones, es posible que el hombre se canse de llevar el peso de la relación, ya que ellos normalmente son educados para encontrar soluciones pero las dos partes de la pareja deben estar dispuestas a participar para que la relación no viva abocada al fracaso.
Te echan la culpa de todo. No tiene tiempo para salir contigo. Siempre hay alguna excusa esperándote en forma de mensaje.Te ha explicado que la relación no tiene futuro y que habría que hacer «algo» que no termina de definir. No duda en ampliar su círculo de amistades y apenas conoces a ese gran amigo del que no deja de hablar. Cada cual tiene una prioridad distinta. No te toca ni por wifi.
Como en el caso anterior, deja de pensar que ella ha cambiado porque lo habéis hecho los dos al mismo tiempo. Siéntate a charlar con ella y a aclarar los términos de vuestra relación.
Estar en pareja no significa una condena a cadena perpetua de la que resulta imposible salir. Es decir, lo mismo que en su momento decidisteis que juntos queríais vivir la vida, todo puede terminarse de pronto. El desgaste de la relación te hace recapacitar e incluso pensar que has fallado en algo, pero no es así.
El amor llega y se va, por lo que tampoco debes caer en la depresión de pensar que nadie más te va a querer. Lo que debes tener claro es que puedes adoptar las siguientes opciones:
– Cortar por lo sano. O hablas el tema o no lo hablas, pero no pierdas el tiempo y no pienses que todo se va arreglar por arte de magia. Piensa en el día en el que conociste a esa persona y piensa que conocerás a otra cualquier día.
– Arreglarlo. Las cartas sobre la mesa, valor y a analizar qué pasa exactamente. El diálogo puede ser tan útil como constructivo. No todo está perdido.
Muy fácil, porque durante el enamoramiento la otra persona te parece magnífica y cuando la conoces algo mejor, comienza la venda a caerse progresivamente. Es entonces cuando la verdad te golpea. Si sigues enamorado/a de él/ella no dudes en intentar arreglarlo aunque nunca deberías sufrir por amor.
Es decir, si la otra parte pasa de ti y está haciendo todo lo anterior para que le dejes, hazlo. Pasa el luto psicológico y no te olvides de que hay miles de personas y que entre ellas es más que probable que haya alguna que pueda convertirse en tu nueva pareja sentimental. ¡Ánimo!, seguro que la felicidad te dará una nueva oportunidad.
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