El uso de Facebook se ha generalizado en estos últimos años. Lo que comenzó siendo una red social, se ha terminado convirtiendo en una plataforma de mensajería de enorme utilidad. Como ya sabrás, un mensaje puede provocar hasta una crisis familiar, por eso nos sorprende que Zuckerberg, el dueño de la empresa, piense que su invento es algo así como Gran Hermano.
La vieja del visillo
Si bien es cierto que por motivos de seguridad parece lógico que se ponga especial atención a los mensajes que se envían, no entendemos demasiado bien qué puede hacer el antedicho con nuestros mensajes.
Vamos, que decirle a tu madre «a ver si no se te olvidan las croquetas esta vez» puede ser interpretado como un mensaje inocente o como un texto en clave que podría terminar con los agentes de la Interpol en tu puerta.
Bromas aparte, lo peor de todo es que Mark Zuckerberg ha reconocido públicamente que la compañía lee todos tus mensajes. Esto ha provocado que muchos usuarios decidan abandonar la red social para siempre.
¿Por qué leen tus mensajes?
Según el antedicho, por seguridad. Lo malo es que si escribes algo que no entra dentro de los estándares de la empresa también puedes tener algún tipo de problema. O sea, que nada decirle a tu amigo, sí, ese que te ha destrozado el coche, «no me acuerdo de tu padre por no darte una pista» porque te censurarán y te llamarán la atención.
Tampoco envíes fotografías porque todas son escaneadas por una herramienta para controlar su contenido. Insistimos, en muchos casos es muy útil, pero pensamos que esta función quizá podría ser vista por muchos usuarios como un atentado contra su intimidad.
El problema
Zuckerberg ha reconocido esto cuando estaba ya contra las cuerdas. Hasta este momento, la empresa jamás había reconocido que iba a espiarte cuando abriste tu perfil. Esta ocultación de su actividad no será legal a partir de mayo, cuando entre en vigor el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) en Europa, por lo que habrá que ver cómo se las ingenian para seguir conociendo cuáles son tus intereses.
De todas formas, sabiendo que te van a espiar todo cambia. Imagínate los 2 supuestos siguientes:
– Escribes a tus amigos para preparar una fiesta. Como llevas varios meses con el mismo contenido, el empleado correspondiente comienza a descifrar tus palabras y se va creando su propia paranoia. Si terminas por no subir ni una sola foto de la fiesta, imagínate el pitorreo.
– Puedes terminar ligando con algún empleado. Si ven las fotos que envías, pues el encargado, o encargada, de visionarlas puede hacerse casi un álbum de fotos con tus imágenes. ¿Quién sabe? Lo mismo tienes suerte y encuentras pareja.
Aunque pienses que el servicio de mensajería de Facebook no es tu preferido, debes recordar algo importante. ¡Facebook hace lo mismo en WhatsApp! La compra de esta última ha permitido que la compañía siga adelante con su labor de seguridad.
Así que ya lo sabes, un tipo en California puede ver a tu pareja de aquella manera, saber si le dices «gordi» o «tonto el bote» y ser testigo mudo de todo lo que haces. ¿La solución? Vete a Zamora, compra una manta de las de siempre y sube a la azotea para aprender a hacer señales de humo. De otra forma, estarás más controlado que la copa del Mundial. Todo sea por nuestra seguridad y por ponerle cierto freno a los delincuentes que usan estas redes sociales como base para cometer sus indeseables delitos. Mientras tanto, sigue disfrutando de tu perfil.
