¿Y si te dijéramos que podrías haber estado haciendo el tonto durante todo este tiempo? A ver, las escapadas que te has pegado, disfrutadas están, eso no te lo quita nadie. Pero a partir de ahora deberías tener en cuenta un detallito. No solo por el bien de tu bolsillo, sino también por el de tu cabeza, que se te va la vida preparando todo trimestres antes del despegue.
El único motivo por el que sacaste tu billete a Praga en otoño fue para que la operación te saliera más económica, ¿verdad? Pues bien, quizá deberías haber esperado un poco más, a juzgar por los diversos estudios que se han realizado al respecto.
La mayoría de estas investigaciones, algunas de las cuales diseccionan ofertas de hasta treinta aerolíneas, están de acuerdo. Muchas de ellas coinciden en que el momento adecuado para reservar tu asiento en el avión estaría fijado en las fechas correspondientes a unos cincuenta días previos a las vacaciones. Precisamos: si es que se trata de un vuelo de corta distancia. Es decir, estando al loro unas siete semanas antes de partir puedes ahorrarte, según los entendidos, un 10 %. No está nada mal, ¿no?
En el caso de que tu trayecto sea más largo, deberías obtener tu billete con una antelación de entre cinco y siete meses, dependiendo del destino. De esta forma, y atendiendo a lo que manifiestan los estudios, podrías ahorrarte entre el 10 y el 22 %. Pues, venga, ya estás poniéndote una alarma en el móvil o rodeando con un círculo rojo el día exacto en el calendario para no meter la pata otra vez.
De esta forma, los lunes y los martes son los días más propicios para conseguir tu objetivo, pues salen más ofertas. Ni se te ocurra reservar el fin de semana; los precios se disparan. En cuanto a la hora, hazlo a las tres de la tarde, el instante en el que existen más ofertas baratas en el mercado.
Resumiendo: el momento ideal para reservar tu billete de avión sería un lunes después de comerte un buen plato de garbanzos. Suponiendo que tu viaje se efectúe en agosto y que el destino sea Melbourne, ese lunes debe pertenecer a febrero. Si lo que quieres es conocer París, con hacerlo en junio vas que chutas.
¿Ves? Tampoco hay que sacar las cosas de quicio. Estabas exagerando demasiado. Con este método no solo te ahorrarás euros. También, nervios antes de tiempo.
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