Tardaste un lustro en hacerte la raya del ojo en condiciones, pero aún no has aprendido a desmaquillarte como es debido. Ya son más de dos décadas con la máscara de pestañas a cuestas, y parece que le has cogido cariño. Tanto, que no te vas a la cama sin algún resto en tus ojos.
Te parecerá una soberana tontería, pero este fallo te podría costar caro. De hecho, ya lo está haciendo, pues tus pestañas, esos maravillosos y rizados pelos que adornan tu mirada, están perdiendo fuelle con el paso del tiempo. Por no hablar de tus ojos, que están pagando un peaje demasiado alto por tus malos hábitos.
Si te vas a acostar con el aura negra adornando tu mirada, no te extrañe que te salgan aletas. Si no retiras el producto, se formarán escamas mientras duermes. Por la mañana no sabrás si lo que tienes son legañas o bolitas de petróleo envolviendo tus globos oculares.
El problema no es solo el tiempo que necesitarás (y tal vez también alguna espátula) para eliminar esa pasta. Después de abrir el mejillón, porque es lo que parecerá, podrías comprobar cómo tu descuido ha conducido a una infección en tus bonitos ojos. Y es que, este cosmético atrae a más bacterias que otros de los productos que empleas para adecentar tu cara. Vamos, que estás abriendo las puertas de tu cama a un nido de gérmenes.
Y ahí no acaba la cosa. La irritación no será la única consecuencia. Tus pestañas, por supuesto, también pagarán el pato. ¿Cómo se verán afectadas? Pues, en primer lugar, tendrás la posibilidad de pedir decenas de deseos y soplarlas para que se cumplan. Tus mejillas comenzarán a recibir sus visitas, segundo sí, segundo también. Si no se te caen, se debilitarán.
¿Y qué pasa con tu piel? Tu dermis tampoco se librará. La zona de las ojeras irá adoptando un tono más oscuro. La piel envejecerá más rápido, puesto que, además, con este gesto cada noche, te estás olvidando de hidratarla. A todos estos males también contribuye la forma en la que te maquillas. Por ejemplo, aplicando demasiadas capas no les das a las pestañas ni un respiro. Por eso es importante que atiendas a algunos fallos que estás cometiendo.
De esta forma, entra más aire en el tubo que en tu casa cuando abres las ventanas de par en par. Así es imposible que consigas unos ojos maquillados pero naturales, pues la cremosidad brilla por su ausencia.
Debes retirar con un papel esos hilos negros que acompañan a las cerdas. Como se te incrusten en las pestañas, parecerá que las cucarachas abandonaron el desagüe para buscar acomodo en tus ojos.
Cuando barres lo haces también debajo de la alfombra, ¿verdad? Pues aquí, lo mismo. Pinta tanto por encima de las pestañas como por debajo para dotar a tu mirada de intensidad. Eso sí, solo en las ocasiones especiales, por si tus párpados se resienten.
Si cometes todos estos fallos y, además, no retiras bien tu máscara, el resultado será desastroso, no solo por el lado estético, sino, como hemos visto, en lo que respecta al bienestar de tus ojos. No los pongas en riesgo, que son lo más bonito que tienes, mujer.
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