La irrupción de la fotografía digital no solo ha multiplicado el número de imágenes que componen tu álbum de vacaciones, sino que además, te permite disfrutar más de tus jornadas de asueto. Sí, aunque tu compañero de viaje no soportase verte todo el día con el móvil a cuestas.
Reconozcámoslo, el sabor de las tardes de playa es más excitante desde que podemos posar de forma indefinida hasta que nos vemos guapos. Y todo para publicar la imagen en las redes. Eso sí, no sin antes pasar por una sesión instantánea de chapa y pintura llamada «filtro». Y con la ilusión que te hace capturar esos momentos, ¿por qué cuando desciende el telón veraniego los echas a un lado como a los guisantes de tu plato de arroz?
Tu proceder es más predecible que las lluvias en Santiago de Compostela. En primera instancia, adornas tu perfil con todas aquellas imágenes de tu escapada en las que sales más favorecido. Del resto te olvidas, sin detenerte a comprobar que, efectivamente, existen otras en las que has capturado detalles encantadores y gestos inolvidables.
Con el paso de los años, caes en la cuenta de aquella puesta de sol incomparable. Descubres cómo tu pareja actual, que entonces era tu amigo, ya te lanzaba miradas reveladoras. El hallazgo se produce cuando, por casualidad, echas un vistazo a esa carpeta que contiene documentos tan dispares como tu DNI anterior o la primera carta que le escribiste a tu mencionado enamorado.
¿Moraleja? No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Cuando regreses de vacaciones, dedica un tiempo para organizar las imágenes que has tomado de tu viaje. Obsérvalas detenidamente y elige aquellas más especiales. ¿Ya las reuniste? Es hora de continuar con el siguiente paso.
La idea más sencilla es imprimir la foto estrella de tus vacaciones y enmarcarla. Pero engrosar la interminable lista de portarretratos que copan tu cómoda no supone la entrada más triunfal de esta imagen en tu hogar.
¿Qué te parece si la cuelgas con pinzas de la ropa en un cordel de lado a lado del cabecero de tu cama? Después, completa ese moderno tendedero con otras fotografías imprescindibles de esa semana maravillosa. Esta escenografía que se ha convertido en tendencia suele incluir luces led entre foto y foto.
Otro emplazamiento ideal para estos recuerdos es la puerta de la nevera. Aquel imán que te trajo tu madre de París es divino, pero vuestra imagen comiendo sandía a la orilla del río del pueblo resulta impagable. Convertir tus fotos en imanes es sencillo, pues existen aplicaciones y páginas web dedicadas a ello.
De esta forma, puedes inmortalizar esos momentos en tu taza del desayuno, en los cojines que adornan tu sofá o en la manta con la que te arropas en la siesta. Y si eres una persona mañosa con las tijeras y el pegamento, además de desbordar originalidad, puedes crear un álbum con reflexiones sobre esas vacaciones.
Si tus trabajos manuales en el colegio siempre se merecían un suspenso, confía en las aplicaciones para crear tu álbum. O quizá prefieras fabricar tu calendario del próximo año con las imágenes de las vacaciones para ilusionarte desde enero. O incluso para ser consciente de que por esas fechas ya debes comenzar con la operación bikini.
Así que ya lo sabes, antes de que los recuerdos se olviden en un cajón, revisa tus archivos ¡y saca los rotuladores!
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