¿Por qué unos quesos tienen corteza y otros no?
La corteza protege el queso. Evita que se seque o se contamine. Algunas se forman de manera natural pero otras son ceras o pinturas antifúngicas (contra el moho y los hongos). Si hay quesos sin corteza es porque se consumen poco tiempo después de su elaboración, como los quesos frescos que no han sido sometidos a ningún proceso de maduración ni desecación. Otros quesos son “sin corteza” porque en su proceso de elaboración se cuece la cuajada, como la mozzarella o el provolone.
¿Qué cortezas se pueden comer y cuáles no?
Las cortezas artificiales, con colores negros y rojos brillantes, son aptas para contacto con el alimento pero no se deben consumir en ningún caso. En las cortezas naturales es más complicado ya que pueden tener mohos o no, ser duras o blandas, incluso tener recubrimientos como salmuera o pimentón.
¿Qué nos puede pasar si comemos cortezas no comestibles?
Si atendemos a los materiales, como ceras, parafinas o materiales plásticos, es posible que las expulsemos sin mucho problema. Sin embargo, si pensamos en la falta de higiene de ciertas cortezas, nos arriesgamos a una buena gastroenteritis sin que importe si el origen de la corteza era natural o artificial.
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