No hay día en que no publiques una imagen tuya en Instagram. Empiezas con el chocolate con churros que te ventilas en el desayuno, sigues con la estampa de tu gato panza arriba en la alfombra y continúas mostrando a tus seguidores la portada del libro que estás a punto de empezar. ¿Qué tienen en común estas tres instantáneas?
Dejando a un lado el omnipresente cuadro de ciervos que heredaste de la abuela y que preside tu salón, hay un aspecto que resulta más repetitivo que hablar del tiempo en un ascensor. Exacto, tu postura. Esos morros de pato y esos ojos que parecen escapar de sus cuencas se suceden en bucle en tu perfil. Esta pose resulta tan agobiante que has dejado de recibir corazones de tus seguidores. ¿Necesitas saber cómo revertir la situación?
Cada maestrillo tiene su librillo, sí, y sobre gustos no hay nada escrito. Estas frases hechas ejercen de comodín en muchas situaciones. No en el caso que nos ocupa, al que ha dado respuesta la ciencia. Una investigación efectuada por expertos de la Universidad de California ha determinado que existe una manera de colocarse para la foto que favorece a todo hijo de vecino.
No importa que tengas un perfil malo, que el viento te despeine en ese momento o que tu atuendo mientras miras al pajarito sea tu pijama de unicornios con margaritas. Si adoptas esta pose universal, triunfarás en las redes, y por fin pasarán a la historia tus autofotos a veinte centímetros de tu nariz. En este momento, tus seguidores respiran aliviados.
Cuanto antes empieces a practicar, mejor. Así que, apunta las claves de tu nueva postura de cabecera y ¡empieza a sumar ‘me gusta’ en Instagram a la velocidad que se te acumula la ropa para planchar!
En primer lugar, para acaparar las miradas con tu nueva publicación debes adquirir una postura abierta, más propensa al movimiento que a la rigidez. Es decir, tus piernas y tus extremidades superiores deben parecer relajadas.
Por ejemplo, extender los brazos como cuando te subes a la báscula es un error. Juntar las piernas como cuando estás a punto de saltar del trampolín, también. Por otro lado, debes mirar a cámara. Cuando simulas contemplar el horizonte a tu derecha no consigues naturalidad. Esas poses forzadas no te favorecen.
Los responsables de este estudio determinan que esta posición refleja seguridad y confianza. ¿Cómo llegaron a esta conclusión? Con el punto de vista de una docena de hombres y de otras tantas mujeres sobre 144 imágenes. Los voluntarios de esta investigación debían revelar cuáles de estas instantáneas les atraían y cuáles no.
En una segunda parte de este procedimiento, se les enseñó a los protagonistas de esas fotografías en otras posturas. Los resultados dieron como vencedora a la posición que te acabamos de explicar frente a esas imágenes que mostraban a personas que no miraban a cámara y que adoptaron una posición erguida.
Conocer cómo es la postura con la que lograrás la matrícula de honor en Instagram es todo un privilegio. Más aún, al tratarse de una pose que da lugar a diferentes variantes. Por tanto, solo debes jugar con el movimiento y conseguirás acaparar las miradas con el mismo esquema, pero con tintes diferentes. De esta manera, no parecerá que te repites más que el ajo. ¿A qué esperas para ensayar frente al espejo?
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