Se trata de la época en la que más separaciones se registran. Las razones son comunes. En verano las parejas conviven mucho tiempo juntas, además de compartir también momentos con las familias políticas que, quizás, no es tan beneficioso como uno cree.
Pasamos de estar tranquilos y sin tareas, a tener que volver al trabajo y a la rutina que, a veces, puede llegar a agotar a cualquier persona.
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