Isidro Montalvo ha contactado con la supuesta Maricarmen para arreglar las medidas de su cocina. Aunque la atrevida ha tenido que repetir mil veces que ella no era Maricarmen, dado que le han pasado con diversos responsables sobre el asunto a tratar y nadie le ha escuchado.
Al final nuestro humorista la ha sacado de quicio y ha decidido colgar. Pobrecilla la señora que no tenía culpa de nada.