Es posible que estés cansado de tanto estrés. Sin embargo, a los consejos habituales que se dan para evitar esta circunstancia hay que sumarles uno muy importante: quizá sea tu dieta la que te provoca estar todo el día así.
El estrés provoca que al llegar a casa comas cualquier cosa o que pidas comida a domicilio. Hartarte de comida basura parece que tiene un efecto positivo en tu mente y, al menos, te has librado de cocinar. Lo malo es que tu salud física empeorará sensiblemente y que pasado el efecto de los hidratos de carbono volverás a estar igual o peor. Es más, a más estrés, más kilos. Estos son los motivos que generan ese aumento de peso:
– Aumento del cortisol en el organismo. Tu cerebro entiende que vas a petar de un momento a otro por lo que necesita guardar grasas por lo que pudiera pasar. Lo malo es que guarda la grasa hasta de una ensalada, por lo que las consecuencias te las puedes imaginar.
– Comes como una lima vieja. No paras de picotear en todo el día, no perdonas una tapa y en casa tienes la despensa llena de bolsas de patatas fritas y dulces.
No desesperes, podrás seguir comiendo, pero si eliges correctamente conseguirás los efectos más adecuados para calmarte mientras proteges tu salud.
Tras reducir el consumo de comida basura, de chucherías y de bollería industrial, sería conveniente que introdujeses en tu dieta estos ingredientes:
– Cítricos. Naranjas, kiwi, pomelo, limón (tranquilidad, el gin lemon no entra en esta dieta) y todo tipo de cítricos que te apetezcan. Apuesta por los zumos, por tomarlos en crudo o por añadirlos en ensaladas.
– Hidratos de carbono saludables. La pasta integral (con verduras), las legumbres (sin chorizo y sin morcilla) y las patatas (cocidas si es posible) son tres fuentes indispensables para tener energía y permitirle a tu mente relajarse mejor.
– Alimentos con vitamina B. Levadura de cerveza (se toma aparte, sí, una caña la incluye, pero no es lo mismo), frutos secos (con moderación) y frutas variadas.
– Espárragos. Puedes tomarlos como más te gusten, su dosis de ácido fólico es básica para mantener la calma.
– Lácteos. El yogur natural produce serotonina y equilibra tu flora intestinal.
– Avena. Unos copos por la mañana te aportarán minerales y vitaminas, pero también una tranquilidad y una claridad mental más que recomendables.
– Chocolate negro. Apuesta por su versión sin azúcar y por el porcentaje más alto de cacao. Aporta triptófanos, fundamentales para el correcto funcionamiento cerebral y también para luchar contra la depresión y la fatiga mental.
– Vino tinto. Vigila las calorías porque una copa generosa tiene más de 350. Si te tomas un chato conseguirás el mismo efecto. Equilibrará tu tensión arterial y mejorará tu circulación sanguínea con facilidad.
A estos ingredientes hay que añadirle que debes evitar los fritos y cocinar siempre a la plancha, al vapor o al horno. La idea es que tu cuerpo entienda que no va a entrar en un estado carencial y que tendrá energía suficiente evitando así la acumulación de grasas innecesarias.
Como complemento a tu dieta bien podrías apostar por hacer actividades tan saludables como el yoga y la meditación. Si tienes tiempo suficiente, la natación o, sencillamente, dar un paseo al caer la tarde te ayudarán a ir eliminando el estrés de forma progresiva. En tu plato estará la solución a tu problema y el inicio de una nueva etapa en tu vida.
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