Pedro García Aguado aconseja frente a este tipo de situaciones:
No tiene nada de malo vender productos u objetos propios a través de la aplicación de Wallapop. Algo muy distinto es estar pidiendo a los padres constantemente cosas para luego sacar dinero de ello. Hay que pensar que se está vendiendo el esfuerzo de un familiar durante un día, una semana e incluso meses.
Pedir y no agradecer es un mal hábito que se debería cambiar de forma instantánea. Si no es posible, deberían haber consecuencias para que se aprendapor las buenas o por las malas.
Los padres podrían vigilar qué es lo que hace su hijo con el móvil. Hasta que sea mayor de edad, son ellos quienes tienen que hacerse cargo de los jóvenes, por lo que están en todo su derecho a confiscar el teléfono si algo no va bien. También se podrían crear una cuenta en dicha aplicación y ver qué es lo que ocurre.
Arturo, además de llevar a cabo la amenaza propuesta sobre dejarle un pantalón y dos camisas, debería crearse una cuenta en Wallapop para ver si su hijo sigue vendiendo sus cosas. Hay que comprobar que cumple su palabra, de una manera u otra.
Otro tema importante es ver en qué se gasta el dinero luego, porque no lo especifica. ¿Qué le genera tanta emoción para vender toda su ropa? Su padre tendría que averiguarlo preguntándole e incluso buscando otros métodos si el joven no coopera.
Además, su hijo tiene que darse cuenta que sus padreshacen un gran esfuerzo para que a él no le falte nada nunca.
