La homosexualidad es un tema del que ya se debería hablar como algo cotidiano y normal pero lamentablemente los prejuicios aún existen. Es el caso del hijo de 17 años de Ernesto.
Le ha contado a su padre su condición sexual y tiene ganas de gritarlo a los cuatro vientos, incluso en el instituto. Lo que ocurre es que Ernesto está preocupado ya que sabe que en el ámbito escolar hay un grupo de chavales que acosan a los homosexuales, por lo que quiere que su hijo espere a decirlo cuando esté en la Universidad, para evitar que se metan con él.
Pedro García Aguado aconseja frente a este tipo de situaciones:
A veces parece que ya no existe ningún prejuicio en cuanto a este tema pero no es así. Aún queda mucho por hacer y corregir en las personas.
A cada uno le gusta quién quiera y no tiene nada de malo. Hay que afrontar los problemas que vengan en el futuro ya que no es fácil, pero tampoco hay que callarse porque será peor para la autoestima de cada uno. Sería como guardar un secreto demasiado grande que no cabe en el pecho durante tanto tiempo.
Al fin y al cabo, es la vida de uno. Lo recomendable es ser valiente e intentar hallar la forma para ir contando a quienes creamos conveniente lo que queramos, tampoco hace falta decir los gustos que se tiene en cuanto al amor. Hay que hacer lo que el corazón diga y nadie tiene que obligar a realizar nada. Es decisión propia.
Ernesto debe dejar que su hijo haga lo que él realmente sienta. Si quiere decirlo a sus amigos y al instituto en general, que lo haga.
Su padre también debe tener claro que por decir la condición sexual de uno mismo no da la felicidad, quizás la persona esté más tranquila, pero el ser feliz se consigue con otro tipo de cosas, por ejemplo, el amor y el apoyo que le está dando su padre en ese momento.
Hay que dejar vivir al resto de personas como ellos quieran.
