María nos ha confesado que el día de su boda le regalaron 8 cactus, su cara fue un poema y no pudo disimular. Por otro lado, a la hermana del atrevido Salvador, le regalaban botijos constantemente y no podía decir que no por vergüenza.
María José también tuvo un momento de decir «tierra trágame» cuando su pareja le regaló un bono para ir a clases en el gimnasio, cuando ella odia el ejercicio.