Puede que baking te suene a chino. ¿Y si te decimos que significa «hornear»? Probablemente, pensarás que vamos a relatarte una receta de un bizcocho de limón. Suena apetecible, pero no es el caso. Esta vez hablamos de maquillaje. Concretamente, de una técnica que tienes que probar si quieres lucir como una auténtica estrella de la televisión. ¿Te atreves?
Antes de nada, te advertimos: has de reunir las fuerzas suficientes si no eres una persona paciente. La razón reside en la misma denominación de este procedimiento, pues cocinar a fuego lento implica, eso, reposo. Por tanto, te recomendamos que no hagas uso de este sistema para ir a comprar el pan o para bajar un segundo a tirar la basura.
Este método, que se prodigaba especialmente en el cine negro de antaño, tiene su origen en el teatro (aunque se rumorea que ya los egipcios nos comieron la merienda, inventando este tratamiento entre pirámides). Las actrices subían a escena sin una sola mancha ni un solo poro dilatado. Una perfección que ya puedes lucir tú sin necesidad de permanecer entre bambalinas.
¿Cómo se consigue esta apariencia natural? La clave está en acomodar más polvo de maquillaje de lo habitual y dejar actuar durante un tiempo. Vamos, un desarrollo similar al de abobar unos filetes, pero con el glamour de por medio. La ventaja no solo estriba en la presentación de una piel más fina y suave, sino en la duración de esta apariencia. Y es que, la fijación que se consigue es tal que podrás salir a correr, subir las bolsas del supermercado hasta tu quinto piso después y rematar limpiando todos los cristales de casa. Añade todo lo que quieras a la lista, la hermosura de tu piel seguirá intacta con el baking.
¿Te ha convencido? Pues siéntate frente al tocador y sigue estos pasos:
1. Aplícate crema prebase de la misma forma en la que lo haces siempre.
2. Ahora es momento de esparcir el corrector debajo de los ojos.
3. Usa polvos traslúcidos con ayuda de una esponja en zonas como los pómulos y la barbilla. No seas tacaña con la cantidad. Si tu piel es grasa, utiliza versiones libres de aceite.
4. Deja reposar las partículas para que penetren en la piel unos cinco minutos. Voces entendidas recomiendan hasta diez. La decisión es tuya.
5. Después, esparce con ayuda de una brocha y ¡listo! Ya estás preparada para comerte el mundo.
El baking tuvo otros predecesores que encontraron en Youtube el vehículo perfecto para popularizarlos. Blogueras que crean tendencia, así como famosas veneradas por su estilo, como el caso de Clara Lago, se sumaron a modas como el contouring. Tampoco te suena de nada, ¿verdad? Se trata de perfeccionar tu cara jugando con las luces y las sombras. Con este sistema es posible disimular las zonas que te acomplejan de tu rostro y resaltar aquellas que adoras.
Esta técnica implica ciertas dificultades, por eso, puedes optar por una versión más sencilla. También tenemos nombre para eso: el strobing. En este caso, no tienes que aplicar el maquillaje oscuro, sino tan solo iluminar esas zonas de tu cara en las que se proyecta la luz de manera natural (pómulos, barbilla, nariz y frente).
Está comprobado. Conseguir un maquillaje profesional, o que se le acerque, no se antoja tan complicado como parece. Tan solo has de seguir algunos trucos y utilizarlos en ocasiones especiales. Con estas sencillas recomendaciones que acabamos de ver, lucirás espectacular y acapararás las miradas allá donde vayas.
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