Instagram es una de las redes sociales que más usas. Es posible que pienses que convertirte en famoso es más fácil de lo que parece. De momento controlas los filtros, las tendencias y todo lo necesario para recibir miles de corazones rojos que te animan a seguir, pero ¿sabías que cada foto dice de ti mucho más de lo que pensabas?
Da lo mismo si eres el soldado desconocido que no tiene fotos de su cara o la clásica pesada que fotografía o graba todo lo que hace. Un reciente estudio ha usado la inteligencia artificial para intentar detectar el estado mental de una serie de personas. Curiosamente, ha acertado en todas las ocasiones e incluso ha detectado casos precoces de depresión en algunos usuarios que parecían ser muy felices.
¿Cómo detectaron esta circunstancia? Basándose en los tonos cromáticos de cada instantánea. Es decir, aunque uses filtros varios e intentes lucir tu mejor sonrisa, si tus fotos tienen colores fríos (azul o gris principalmente) parece evidente que estás más triste de lo que quieres aparentar.
Otro estudio, esta vez de prestigiosos psicólogos, ha logrado hacer una clasificación de los usuarios de esta red social basándose en las fotografías que publican.
– El enamorado de su persona. Es fácil detectarlos. Buscan aceptación continua y un simple comentario puede provocar una crisis. Se han hecho fotografías hasta con el portero de su casa.
– El grupal. Es casi imposible verle en solitario. Además, siempre va aumentando el personal que le acompaña en sus fotografías. Aunque no lo parezca, esconde un problema: que no sabe divertirse con sus amigos sin alardear de ello.
– El pesado. Insoportable como pocos. Sube al día unas 10 imágenes de media y puedes saber qué ha desayunado, qué ha comido, dónde ha ido y hasta otros detalles que no vamos a comentar aquí por vergüenza (ajena). Se cree Kim Kardashian y sigue sin conseguir su propósito: tener una vida.
– Las parejitas. De acuerdo, ya sabemos que estáis saliendo juntos, suponemos que estáis enamorados y que os va de maravilla. ¿Es necesario subir nuestros niveles de glucosa en sangre y llevar a nuestra vesícula biliar al límite al ver vuestras fotografías? ¿No pensáis que ya está bien de atardeceres y de imágenes demostrando vuestro amor? Pues no, a Risto Mejide y a Laura Escanes nos remitimos.
– El desaparecido. Se abrió una cuenta de Instagram nadie sabe por qué. Además, puedes ver que sigue a otros usuarios y que incluso tiene seguidores, pero no publica absolutamente nada. La vida te da sorpresas.
– El seguidor profesional. Siguen a todo el mundo sea quien sea y hagan lo que hagan. Esta tendencia denota cierta necesidad de aumentar su número de seguidores y de mejorar su nivel de autoestima. Al menos no molestan a nadie lo que se agradece.
Ahora que, seguramente, ya conoces a qué grupo perteneces deberías conocer algo importante. A la hora de hacer amigos, o de buscar pareja, y comentarles la posibilidad de que estas personas te sigan en Instagram has de saber que este escaparate puede ser el principio del fin.
No queremos decir que tienes que corregir nada, pero sí que tu exposición pública puede dar lugar a errores. Por lo tanto, usa esta red social con cierta lógica y transmite siempre tal y como te sientes. No busques ni reconocimiento, ni aceptación, ni alardear de nada. Simplemente, haz una fotografía y compártela si te apetece. Solo así conseguirás que tus nuevos amigos,o tu futura pareja, puedan conocerte de una manera más sincera y natural.
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