Le vemos llenar grandes escenarios, agotar entradas en cuestión de horas, acumular número de reproducciones con tanta ligereza que asusta. Cada canción de Luis Fonsi es un éxito inmediato, y es que la huella que han dejado las últimas canciones del artista, Despacito y Échame la culpa, ha abierto un nuevo frente en su carrera musical con el que no deja de ascender.
Suena paradójico, pero esta vida de éxito tiene su parte negativa. Y no es que Luis Fonsi ponga queja alguna a su trabajo, pues le apasiona crear y ofrecer su música con los millones de admiradores alrededor del mundo, pero el precio a pagar es tener que decir adiós a su familia cada vez que emprende un viaje.
Separados por una puerta, así dicen adiós Rocco y Mikaela, los hijos de Fonsi, a su padre.
Embarcado en la aventura de Love and Dance World Tour, la gira mundial que inició hace ya casi un año y con la que ha ofrecido más de 85 conciertos, el artista aún tendrá que sumar viajes hasta verano.
Cuando se encuentra fuera de casa está sobre los escenarios cantando, y cuando está entre las paredes de su hogar poco más de lo mismo. Fonsi no para ni un momento y aprovecha las horas de sueño y silencio en casa para plantarse los cascos y seguir componiendo. ¡Siempre activo!
«El que se cansa pierde», confiesa a través de esta publicación. Está claro que nuestro artista se toma muy en serio el lema, pues está dispuesto a dar todo de sí ¡y más!
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