Nadie es consciente de lo que deja en casa hasta que tiene que enfrentarse a un retrete desconocido. Cuando recordamos la comodidad del hogar rememoramos la mantita del sofá, la cama o la terraza con vistas. Pero, cuando llega el momento, cambiarías todo por poder sentarte en tu váter. Ese que te acompaña cada día. El que te comprende, el que no te pide explicaciones. ¿Te estriñe viajar?
Es algo tan común que parece una característica intrínseca de la humanidad. Seguro que ya lo sufrieron los griegos cuando fueron a conquistar Troya (y pasaron diez años fuera de casa). Da igual que tengas ganas y que lleves una semana sin ir. Si estás de viaje, sientes que el cuerpo se opone a cualquier intento de hacer de vientre.
Por un lado, está el síndrome del intestino tímido, que afecta a un 7 % de la población occidental. Quienes padecen de esta fobia están convencidos de que los retretes públicos son fuente de enfermedades. Con esa idea en la cabeza, el cuerpo reacciona y se cierra en banda a cualquier sugerencia de evacuar. ¿Sentarse ahí? ¡De eso nada!
Sin embargo, la inmensa mayoría de las personas afectadas por este estreñimiento simplemente sufren por los trayectos, los nervios, el cambio en los horarios… Todo altera al funcionamiento normal de nuestro organismo.
Así de delicado es el equilibrio digestivo. Ante cualquier cambio en nuestros hábitos, de pronto los intestinos dicen que nanay. Necesitan adaptarse a la nueva rutina. Mientras tanto, imponen su rígida disciplina.
Corregir el estreñimiento del viajero es especialmente importante para las personas que tienen algún problema intestinal como el síndrome del intestino irritable. En estos casos, la dolencia puede ser realmente traumática. Aplicar medidas que faciliten la evacuación siempre será de ayuda: beber más agua, hacer ejercicio, tomar alimentos ricos en fibra, dormir bien y acudir a los laxantes, entre otras soluciones.
Pero el estreñimiento del viajero está muy influenciado por el estrés y evitarlo es fundamental. Para conseguirlo, debes trabajar tus sentimientos. Eso requiere aprender a relajarse, a distanciarse emocionalmente de los cambios para que no se conviertan en un trauma. En este sentido, aprender meditación puede ser fundamental.
Una excelente opción es utilizar la tecnología para adquirir el hábito. La aplicación Simply Being, de Meditation Oasis, te permite practicar la meditación con sencillas instrucciones en sesiones breves de 5, 10, 15, 20 o 30 minutos con las que podrás relajarte.
Meditar para evacuar no va de sentarse en el inodoro en la posición del loto. En realidad, dedicar un ratito cada día a poner en hora tu reloj interno hace que tu mente acepte mejor los cambios, sea más flexible y capaz de adaptarse a las nuevas rutinas.
Simply Being es una herramienta muy interesante para los viajeros porque se puede utilizar en cualquier lugar. Con la relajación se «suelta» ese nudo intestinal, lo que te ayuda a ir al retrete con más alegría. No es que vaya a funcionar desde el primer día, porque aprender a relajarse es todo un proceso, pero mantener el estrés a raya te ayudará a conseguirlo y, en tu próximo viaje, te sorprenderás con los resultados.
Reduciendo el estrés podrás hacer de vientre con más facilidad. Se acabó esa presión, ya sea en el baño del aeropuerto, el del hotel o incluso el de la casa de tu tita la del pueblo. Descarga aplicaciones que te ayuden a «descargar» tus preocupaciones allá donde vayas.
Que tu pesado equipaje solo esté en tu maleta. Busca tu momento zen y ¡viaja libre como una pluma!
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