Parece ser que el fallecido estaba metido en una trifurca y el caso debía ser resuelto cuanto antes, pero necesitaban desbloquear su dispositivo móvil. La mejor idea que tuvieron los agentes fue asistir al funeral y coger el dedo de dicha persona para intentar entrar en el teléfono.
Tras varios minutos, no consiguieron desbloquearlo ya que tenía más códigos de seguridad. La familia de la víctima no podía creer lo que estaban viviendo en aquel momento.