No hay que perder la calma. Aunque en este caso David no puede vencer a Goliat, al menos puede plantarle cara. Te ofrecemos algunas recomendaciones para inyectar a tu pelo ese ADN guerrero que levante un muro contra la infección medioambiental.
Pero empecemos por el principio: ¿por qué las partículas contaminantes del aire dañan tu melena? Los expertos aseguran que se pegan como lapas a tu capa protectora. Esas cutículas que defienden tu cabello son como imanes para el enemigo. Y a no ser que vivas en una caja de cristal, como John Travolta en aquella película, El chico de la burbuja de plástico, permaneces expuesto al ritmo vertiginoso de la urbe, a vapores, aires acondicionados, obras y tubos de escape que dificultan tu objetivo.
Para atajar el problema, antes has de saber cuáles son los desenlaces nocivos de esta situación. Apunta:
1. El maltrato de la contaminación ambiental vuelve tu pelo más débil y seco.
2. Esa polución va decolorando gradualmente el tono de tu melena.
3. Las puntas se abren con mayor asiduidad por estos dañinos agentes externos.
No te tires de los pelos, solo has de seguir estos consejos y notarás una mejora considerable. Lee atentamente:
1. Usa los productos adecuados. Algunos entendidos aseguran que cuantas más veces te enjabones y aclares, más pulcro tendrás tu cabello. Otros manifiestan que a más lavados, más debilidad, y más aún si la situación ya está al borde del precipicio. «¿Qué hago?», te preguntarás. La solución reside en el champú.
Escoge el adecuado para tu cuero cabelludo y cada vez que pongas tu cabeza bajo la ducha, cuanto tú decidas, los resultados serán exitosos. No te olvides de los acondicionadores y mascarillas, también según tus características. Desenredan tu pelo, lo nutren, lo hidratan y le aportan brillo. También existen tratamientos específicos para los que tendrás que pedir ayuda a un especialista.
2. Cuida tu dieta. Una buena alimentación repercute en nuestra salud, pero también en la de nuestra melena. Los hábitos alimenticios saludables y una ingesta frecuente de frutas y legumbres son buenos compañeros de fatigas para nuestro cuero cabelludo. Su fortaleza depende en cierta forma de nuestra dieta, así que elimina las grasas, la bollería industrial que picas entre horas y te lo agradecerá no sólo tu cuerpo, sino también tu cabeza.
3. Cepilla con delicadeza. Esta obvia acción funciona más de lo que crees. Este movimiento rutinario permite borrar los residuos de geles y otras partículas que se acumulan durante tus vertiginosas jornadas. Por otro lado, esta práctica oxigena la melena, dándole el respiro que necesita después de tanto ajetreo, caminando entre coches y aires acondicionados. Repite el cepillado más de una vez al día, siempre desde la raíz a las puntas y suavemente. Conseguirás tu peinado perfecto.