Este control rutinario funciona perfectamente ya que nuestro humorista se ha vuelto un profesional en el tema. Le ha pedido que golpeara el micrófono fuertemente varias veces y luego que colgara y atienda al quinto tono.
Por suerte, se han solucionado las interferencias y hasta le ha cantado una canción dedicada exclusivamente para ella por su confianza en la supuesta empresa de Montalvo.