Imagina que Cupido te ha dado uno de sus flechazos, no tienes un presupuesto demasiado amplio y decides invitar a esa persona a una hamburguesería. Llegáis al mostrador y es entonces cuando adivinas si el objeto de tu amor es de Google o de Apple. ¿Cómo dices? Sí, extraño, pero cierto.
Pide la hamburguesa con el queso debajo de la misma. ¿Te parece raro? Pues al que diseñó los emojis para esta empresa no. De hecho, el que representa una hamburguesa lleva el queso en esta posición. Si eres un aficionado al mundo Apple, y un apasionado de conocer todas las novedades del sector, quizás esto parezca una ofensa, pero tómatelo con calma.
Vamos a ver, ha pedido una hamburguesa, no os vais a quitar el hambre y de lo que se trata es, precisamente, de que conozcas a alguien que no viva en tu monitor. Además, ¿quién te dice a ti que el queso bajo la hamburguesa no está bueno? Vale, no lo has probado nunca, pero alguna vez tiene que ser la primera. Lo mismo te sorprende, te pasas a Google y sois felices haciendo otro tipo de búsquedas y encontrando millones de resultados más que placenteros.
No dice nada al pedir la hamburguesa. Se espera que el queso, o esa goma naranja a la que así denominan en las hamburgueserías, vaya encima de la hamburguesa y que los dos llaméis Macintosh a vuestro hijo o iTunes a vuestro perro.
Sí, la vida es bella. Tanto que el que diseñó el emoji tampoco se la complicó tanto al hacerlo. Ahora bien, ¿qué pasa con la lechuga de Apple? Otro gran dilema porque para esta marca la lechuga tiene que ir debajo. Ya la tenemos liada otra vez, ¿sirve su hoja para fijar la hamburguesa en el bollo de pan, ¿o era chicle?, o es que hacer un emoticono es más difícil de lo que parece?
Para evitar problemas, e indigestiones innecesarias, te animamos a que invites a la otra persona a tu casa. Compra hamburguesas en la carnicería de tu barrio, lechuga, tomate, cebolla y unas lonchas de queso. Tiéndele una trama y dile que mientras vas cocinando las hamburguesas, que él/ella vaya preparando un poco los ingredientes.
Fíjate bien en el orden que utiliza y así sabrás si puedes hablarle del último proyecto que nunca terminó Steve Jobs o de cómo Android no es, ni mucho menos, el mejor sistema para los teléfonos móviles. ¿Quién sabe? Lo mismo nace el amor, una discusión o bien os coméis la hamburguesa y hasta nunca.
Vamos a ponernos serios, aunque parezca lo contrario. Mira en tus mensajes y cuenta las veces que has usado el emoticono de la discordia. Igual en Estados Unidos es más común, pero aquí, que vamos por la calle y nos metemos en el primer sitio que vemos, no parece demasiado lógico perder la cabeza por el orden de los ingredientes.
Además, muy tonto hay que ser para no entender que la otra persona o se está comiendo una hamburguesa o se la quiere comer junto a ti. Lo demás son detalles que, a no ser que el tercer secreto de Fátima diga lo contrario, tampoco van a cambiar la historia de la humanidad.
Por lo tanto, repasa el orden de los ingredientes de las hamburguesas que te zampas y piensa después si tienes cierta inclinación hacia Google o hacia Apple. Si este experimento no da resultado piensa en la que se liará cuando saquen el emoticono del kebab.
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