El cabello es como el cerebro: todos tenemos uno. Bueno, algunos lo tuvieron (tanto el pelo como el coco). Esta circunstancia es la que impide obtener una respuesta exacta a una de las preguntas del millón en tu peluquería: «¿con qué frecuencia me tengo que lavar la melena?».
Lo cierto es que no existe la frecuencia ideal para el lavado del cabello. Con que frecuencia hacerlo es algo personal. Y aunque existe la creencia de que no debe lavarse cada día para no estropearlo, no es cierto. Sí puede lavarse cada día sin que ello lo perjudique siempre que sea necesario.
Ya has descubierto cómo decirle adiós al pelo verde en verano, y por supuesto, has llenado tu nevera de sardinas, al conocer el efecto positivo que tiene el pescado en tu peinado. Así que es hora de saber si estás acicalándolo las veces a la semana que se merece.
En tu infancia te creíste que, si te tragabas el chicle, se te pegarían las tripas. Por supuesto, colocabas debajo de la almohada cada diente que se te cayó, y esperabas que los Reyes Magos se calzaran la leche que les preparaste. Con estos antecedentes, no era difícil que dieras por buena cada leyenda que gira en torno al cabello.
Tu inocencia propició que dejaras de poner la cabeza bajo el grifo de la ducha todos los días, por si se te caía un mechón. Abandonaste el cepillado a diario por la misma razón, y llevas años cambiando de champú cada semana por si tu cabello se acostumbra al de siempre y no surte efecto. Por no hablar de las canas. Dejaste de arrancártelas, por si te salían otras siete por cada una. ¡Qué exagerado, por Dios!
Todos estos mitos te traen por la calle de la amargura. Ya no distingues entre lo que es correcto de lo que supone un error garrafal. La mala noticia es que no existe una contestación exacta. De hecho, la Asociación Española de Dermatología y Venereología propone una respuesta abierta. Es decir, esto no es como la receta del bizcocho de limón, para el que tienes que poner 250 gramos de azúcar, sí o sí. En este caso, influye tu tipo de pelo, pero también entran en juego tus hábitos.
Vamos, que el único veredicto irrefutable es: lávate el pelo cuando esté sucio. Si eres de los que sudas tinta saliendo a correr cada mañana, tendrás que enjabonarte la melena obligatoriamente. No vas a ir por la vida oliendo a piara, ¿no te parece? El mismo consejo es válido si trabajas en una obra o vendiendo pescado. Si desoyes esta recomendación, tu cuero cabelludo podría sufrir irritaciones o tener nuevas inquilinas: las costras. ¡Tú verás!
Por otro lado, si empleas el secador o las planchas para dejarlo listo, no es recomendable que lo hagas todos los días. Tienes que saber que las fuentes de calor lo estropean, con lo que con dos veces a la semana bastará. Además, si posees un pelo muy graso, deberás ponerlo a punto con más frecuencia, casi a diario. Es importante que sepas que este tipo de cabello es un imán para la suciedad. Con lavártelo cada miércoles no es suficiente.
Como ves, la respuesta válida no es una sola. Por eso, lo mejor es que escuches a tu cabello. Él y solo él es el que te dará la respuesta. Según lo trates, así se manifestará. Tan solo tienes que conocer sus particularidades. Eso sí, dale productos de la mejor calidad, igual que haces cada vez que invitas a tus amigos a una parrillada en tu jardín.
© Sociedad Española de Radio Difusión, S.L.U.
© Sociedad Española de Radiodifusión realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.