Lo aconsejable es hacerlo desde niño aunque sea una tarea bastante complicada. Por lo general, el hambre, la falta de tiempo o ciertos niveles de ansiedad conllevan devorar un plato en menos de dos minutos. O, mejor dicho, tragas, pero no masticas y esta circunstancia se ve reflejada, directamente, en los michelines que rodean tu cintura.
Además, el comer de esta forma tan apresurada también daña tu aparato digestivo, que, lógicamente, necesitará usar más jugos gástricos para destruir el bolo alimenticio y conseguir que tu organismo pueda aprovechar todos los nutrientes del alimento de tu elección.
Es decir, si sigues en las mismas de comer rápido, no tardarás demasiado en comenzar una peregrinación por el hospital más cercano, siendo tu meta alcanzar la consulta del endocrinólogo de guardia que te recordará, esperemos que con amabilidad, lo que te contamos a continuación.
Esta máxima sigue estando de total actualidad gracias a lo siguiente:
– Masticar bien genera más saliva. Esta sustancia lubrica el aparato digestivo. Está compuesta de ptialina- básica para digerir mejor los hidratos de carbono- y de parotina- encargada de poner en marcha tu metabolismo y de absorber los nutrientes de cada alimento-.
– La masticación ayuda a separar las sustancias beneficiosas de las perjudiciales. Así, tu cuerpo solo tendrá que dedicarse a aprovechar lo positivo y a desechar lo negativo. Cuanto menos trabajo se le dé a tu estómago y a tu hígado, mejor que mejor.
Tu meta ha de ser automatizar esta forma de comer. Piensa que para lograrlo deberás optar siempre por pequeños bocados que te permitan llevar a cabo la correcta deglución de los alimentos. Si dejas el móvil por un rato, ¡que no eres el presidente del Gobierno, tranquilo que estamos a salvo!, y te alejas de cualquier distracción, podrás centrarte en los sabores y paladear cada alimento de la mejor forma posible. ¿No resulta más adecuado comer en 15 minutos y adelgazar que hacerlo en dos minutos y engordar?
Controla la respiración y relájate a la hora de comer. Un reciente estudio confirma que las personas que comen lentamente y masticando de esta forma tienen un 29 % menos de probabilidades de engordar. Además, comer rápido puede provocarte una subida de glucosa que podría convertirse en un problema serio de salud de inciertas consecuencias.
Por lo tanto, si controlas tu dieta y te tomas tu tiempo para masticar bien, los resultados no tardarán en sorprenderte. Además, ¿por qué has de tener prisa cuando estás disfrutando de uno de los placeres de la vida? Todo sea por convertir cualquier comida en una experiencia saludable y por perder algunos kilos con un método tan infalible como positivo para tu salud. ¿Te apetece comenzar a masticar mejor? ¡Recuérdalo cuando te sientes a comer y notarás la diferencia!
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