Seguro que vas a aprovechar para comprar durante estas rebajas de verano esa falda que llevan todas las influencers o el bañador perfecto para tus vacaciones. Y claro, las ganas de estrenar esas gangas tan apetecibles te pueden, y ni siquiera las cuelgas en el armario. Te pones delante del espejo, te vistes y a salir. Pues verás, te vamos a explicar una cosa: la ropa hay que lavarla antes de estrenarla. Después de leer esto que te vamos a contar seguro que corres a tu armario a quitar las etiquetas de ese conjunto tan bonito que te has comprado y que aún no has podido estrenar para echarlo directamente a la lavadora.
A muchos nos encanta el olor a ropa nueva. Esa sensación de estrenar, de que es algo que te pones por primera vez y que te hace lucir mucho mejor. Pero piensa que esa ropa antes de habértela llevado tú, ha estado en las tiendas. No solo en la que tú la has comprado. Es posible que haya estado previamente en otra, y más aún si compras en establecimientos con sedes en todo el mundo. Lo sentimos, pero no eres la única persona que ha llevado esos pantalones: durante meses han sido decenas o incluso cientos de personas totalmente desconocidas las que se lo han probado.
En todo esto pensó el doctor Philip M. Tierno, director de microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, y se puso manos a la obra. Analizó un montón de prendas, desde blusas y pantalones a bañadores y ropa interior, y sacó muestras que dejarían alucinado a cualquiera: productos químicos, bacterias fecales, restos menstruales… que contienen gérmenes que pueden vivir varias semanas en la ropa. Es decir, si una persona con gastroenteritis se probó ese bañador antes que tú, puede dejar gérmenes que harán que te contagies.
Pero no solo las personas que se prueban las prendas son las que pueden pasarte enfermedades. El dermatólogo de la Universidad de Columbia, Donald V. Belsito, también ha pensado en todo lo que pasa la ropa antes de que la estrenemos por la conclusión a la que llega lo primero que harás al volver de las rebajas será es poner la lavadora.
Al igual que cuidas tu piel comiendo alimentos saludables para ella, deberías preocuparte de lo que te pones encima (para empezar, descarta comprarte prendas de poliéster): las telas sufren muchos procesos químicos para darles su color y los vaqueros desgastados también están muy expuestos a ese tipo de productos que pueden provocarte reacciones alérgicas (más si eres una persona propensa a ello).
No vayas corriendo a tu casa y laves toda la ropa a la temperatura más alta (ya sabes, estropearás esa blusa tan delicada que te costó un ojo de la cara y que nunca encuentras momento para ponerte). Solamente, te advertimos de que la ropa que estrenas no siempre está en las mejores condiciones higiénicas. El riesgo de que te contagies o adquieras una enfermedad es mínimo, pero existe.
Organismos como la OCU están seguros de que la mayoría de los españoles lavamos la ropa que compramos antes de ponerla, pero con una breve encuesta a nuestro alrededor, sabemos que no es así. Por tanto, queremos concienciarte que ese olor a ropa nueva que te envuelve cuando estrenas no es tan bueno como parece: lleva consigo bacterias, gérmenes y restos biológicos de quién se la probó antes que tú.
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