Tu propósito está claro. Esta noche tu pareja va a conseguir que lo consigas. ¡Ya lo creo! Pero déjanos decirte un secreto: ¡que no hace falta todo eso! ¿Sabes qué necesitas para llegar al clímax? Te lo contamos.
No por mucho inventar se consigue el éxito. A veces, basta con quedarnos con lo clásico. ¿Quiere decir esto que debemos contentarnos con lo más aburrido en el sexo? ¡Ni mucho menos! Solo que hay cosas muy sencillas que facilitan que te relajes y consigas tu objetivo: los fuegos artificiales en tu dormitorio.
Curiosamente, lo romántico juega a favor del orgasmo más de lo que parece. Según un reciente estudio realizado en la Universidad de Indiana (Estados Unidos), la clave para alcanzar el clímax está en la pasión, en los besos, las caricias y los buenos achuchones.
Los besos apasionados y los abrazos crean un contexto sensual y agradable que favorece la excitación y lleva al orgasmo con mayor facilidad.
Es decir, que lo que identificamos con lo romántico nos ayuda más que lo que es explosivo y muy directo, eso que va demasiado al grano.
¿Quieres llegar mejor al clímax? Fuera prisas y fuera agobios. Asegúrate de que os lo tomáis con calma para caldear bien el ambiente. Buscad las actitudes amorosas, el acariciar y el sentirse acariciado, el besuqueo. Ya sabes, la cercanía emocional tanto como la física.
Probar cosas nuevas está genial y te ayuda a descubrir facetas del sexo que podrían sorprenderte para bien. Pero para esto no hace falta hacer malabarismos.
La clave del orgasmo es saber lo que nos gusta, tanto mental como físicamente. Por eso, si quieres llegar al clímax con mayor seguridad, más vale que te descubras. La masturbación se convierte en tu mejor aliado. Descubre qué, cómo y dónde te gusta, con qué intensidad y a qué ritmo.
¡Ah! Y no olvides decírselo a tu pareja. ¡Que se aplique el cuento!
Puedes hacer de todo para favorecer las relaciones sexuales, pero si tu cabeza no está a lo que está, nada funcionará. La clave para el orgasmo es dejar fuera el run run, todo ese ruido mental que nos agobia y nos impide disfrutar de lo que hacemos.
Apaga, desconecta. Asegúrate de que dejas fuera de la habitación las preocupaciones. Las tareas pendientes, lo que tienes que hacer mañana, lo que te comió el tarro esta tarde, lo que te dijo tu amiga el otro día… ¡fuera todo eso!
Solo la desconexión mental te permitirá situarte en el nivel emocional apto para que la excitación sea un hecho y te lleve al clímax. ¿Cómo conseguirlo? Es importante aprender a controlar el estrés diario y relajarse. Si tienes dificultades para desconectar y disfrutar con el sexo, quizá podrías probar haciendo deporte, que relaja cuerpo y mente, o practicar alguna actividad como el yoga o la meditación.