«Me enfrento a lo más oscuro y siento ganas de rendirme… pero entonces toco una tecla… y sale una nota… y me acuerdo de vosotr@s…», escribe el artista. Un sentimiento que roza el límite, porque todos tenemos un límite, pero que algo que parece tan insignificante como la tecla de un piano hace que todo vuelva a su cauce.
Nos habla como el poeta que es, y nos canta como el gran artista en el que se ha convertido.
Un mensaje de agradecimiento con el que Alejandro Sanz ha sorprendido a sus seguidores, muchos sin terminar de entender qué ocurría, otros pensando que las palabras formaban una futura canción. Sin embargo, todos se volcaron con el cantante que, desnudando sus sentimientos, de nuevo consiguió emocionarnos a todos.
Quien también ha sentido la magia de las teclas ha sido su hijo Dylan, que ya ha comenzado sus primeras lecciones de piano. Teniendo un maestro detrás como es Alejandro Sanz, estamos seguros de que nada malo puede salir de ahí. Como mínimo, el sustento de un legado que ya es parte de la historia de la música.
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