No te apuntaste al gimnasio por postureo. Eres fiel a tu cita diaria. Ni las palmeras de chocolate ni los bollos rellenos de crema se han interpuesto en tu camino hacia una vida más saludable. Tu fuerza de voluntad es un hecho. Entonces, ¿por qué no pierdes la grasa del abdomen?
Has tomado las decisiones adecuadas, pero fallas en la ejecución. Y es en este punto donde reside el secreto para lucir un vientre plano. Tan solo tendrás que cambiar tu sistema de ejercicios. ¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo.
Te subes a la cinta, emprendes una caminata acelerada ¡y hasta que el cuerpo aguante! Es evidente que vas a sudar y a fortalecer tus músculos, pero ¿conseguirás eliminar ese michelín con este método? La respuesta es negativa. Encontrarás la solución adecuada en un entrenamiento por intervalos. Es decir, alternando los ciclos de esfuerzo intenso con periodos de práctica menos aguda.
Aplicando esta lección, mezclarías unos minutos de carrera rápida con otros a paso lento. Conseguirías reponer energías para volver a la carga. Repitiendo este proceso, lograrías mejores resultados. Las consecuencias serían idénticas si optas por la bicicleta estática o por salir a correr.
También, si escoges ejercicios diferentes. Por ejemplo, media hora de ciclismo para dar paso a unos segundos de carrera acelerada y regresar a la bicicleta, pero pedaleando con menor intensidad. Al final, alcanzarás tus pretensiones en menos tiempo, ya que con este proceder optimizas tu desgaste.
Otro efecto es la aceleración del metabolismo. De esta manera, seguirás quemando grasas y calorías durante varias horas. Con paciencia y disciplina, tu deseo está al alcance de tu mano.
Además, los entendidos sugieren algunas tretas. Entre ellas, establecer metas visuales. Es decir, puedes salir a andar a un ritmo moderado y multiplicar la marcha de repente para alcanzar el bar de la esquina. Al doblarla, regresarás a la velocidad anterior. ¿Tu siguiente diana? Una papelera, la tienda en la que compras el pan o el tercer banco del parque. La calle está repleta de elementos susceptibles de formar parte de tu nueva rutina de entrenamiento.
En tu cometido encontrarás a un acompañante de lujo: la música. Las canciones te marcarán el ritmo que has de seguir. Una balada representará tu paso sosegado. La fuerza del rock está destinada a aquellos momentos de máxima entrega. Combinar ambas alternativas te supondrá un extra y te facilitará la tarea. Además, adquirirás el aliento necesario que se requiere para cualquier esfuerzo físico.
Ya conoces el gran secreto para perder grasa abdominal. Ahora vamos a recordarte cómo debe ser tu alimentación de acuerdo a esta meta. En este caso, no estamos descubriendo un nuevo mundo, pero te refrescamos la memoria.
Eliminar la sal y las harinas refinadas de tu dieta resulta primordial. No debes saltarte el desayuno ni practicar el ayuno durante una ingesta o la jornada entera. Sobre los alimentos que contribuirán a que luzcas un vientre plano, hay que decir que la manzana es la estrella. Un par al día te facilitará el camino. Otras frutas aconsejables son el plátano y las cerezas. También has de incluir en la lista de la compra aguacates, tomates, apio y marisco.
Como acabamos de ver, el modo en el que entrenamos influye en el triunfo de nuestro objetivo. Intercalar ejercicios diferentes o iguales variando la intensidad y el tiempo supone el mejor truco para hacer desaparecer ese exceso de grasa que se acumula en el abdomen. ¡Prueba ya y presume de una tripa sin michelines!
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