Se ha hecho viral el vídeo de las Nutricionistas Marián García y Gemma del Caño: «El jamón york no existe«. Denuncian el mal uso de las palabras y la información que nos confunde en el etiquetado de los alimentos.
Así que, a raíz de este hecho, hemos llamado a nuestra Gabriela Brieba, de la asesoría gastronómica SANPANI para que nos explique.
¡Pon atención a las pautas dadas!
Por un lado, el término «jamón de york» es inventado. Se usa mucho al hablar, pero no se encontrará nunca como ingrediente porque no significa nada. Tiene su origen histórico pero ya está.
Por otro lado, el jamón cocido no es un jamón. Más bien es un conglomerado de diferentes ingredientes entre los que la carne es solo uno de todos los ingredientes que contiene.
Es un conglomerado donde sí hay carne de pavo o pollo. Aunque no tiene porqué ser de la zona de la pechuga. En la etiqueta del paquete se puede ver el tanto por ciento de carne y ver de qué zona es.
Para ponerse ese título, que está regulado legislativamente, el embutido en cuestión debe cumplir condiciones de mejor calidad.
Por ejemplo, el llamado «fiambre» no suele superar el 60%. Para ser un embutido «extra» debe llevar mayor cantidad de carne, hasta el 85% del total. Pero el resto de los ingredientes son lo preocupante: féculas, harinas y almidones. Cuanto mejor calidad, será más consumible.
Sí que existe… En el jamón serrano o la «Pata asada» (que en Canarias se come mucho) . Esto sí que son piezas enteras de carne.
Todo lo que es embutido es un conglomerado de ingredientes que le han dado forma y luego se corta en lonchas.
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Bióloga - Jamón York
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